CLADE inicia acción para fortalecer la igualdad de género en las escuelas rurales
26 de agosto de 2021Contribuir al fortalecimiento de la igualdad de género y prevención de la violencia de género en las escuelas rurales, generando y divulgando datos empíricos y estrategias que puedan orientar el tratamiento y la prevención de la violencia en los espacios educativos y contribuyendo al desarrollo y difusión de materiales y políticas públicas para abordar este tema. Este es el objetivo del proyecto recién lanzado “Estrategias para prevenir la violencia sexual y de género y fomentar la equidad en las escuelas rurales”, iniciativa que se implementa entre 2021 y 2023 en Nicaragua, Honduras y Haití, bajo la coordinación de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), en alianza con Alternatives (Canadá) y en los países con Foro Dakar Honduras, Reagrupación para Todas y Todos de Haití y el Foro de Educación y Desarrollo Humano de la Iniciativa por Nicaragua.
“Esta propuesta es innovadora ya que trata un tema invisible y poco investigado para la sociedad y propone un método participativo con el involucramiento directo de los actores, como partícipes centrales en el proceso de investigación-acción y posterior propuesta de política pública. Es importante anotar que la CLADE participa en diversos escenarios regionales e internacionales de debate y decisión en torno al Derecho Humano a la Educación; en estos espacios, divulga sus productos, posiciona temas de discusión y actúa de forma articulada con actores de otras regiones, como África, Asia, el mundo árabe y otras regiones del planeta. Los resultados de este proyecto podrán compartirse al interior de la región latinoamericana y viajar a otras latitudes”, afirmó Nelsy Lizarazo, coordinadora general de la CLADE.
Con el enfoque de investigación acción participativa, el proyecto se propone desarrollar el conocimiento y la capacidad local para identificar y prevenir las múltiples expresiones de violencia y de violencia de género y para diseñar y adaptar las herramientas e instrumentos existentes, contribuyendo así para incorporar este tema en las prácticas locales y también en los instrumentos de política nacional y regional. Todo el proceso contará con una estrategia comunicativa y educomunicativa que dará cuenta del mismo en cada una de sus etapas, como una forma de compartir aprendizajes con toda CLADE y con los aliados nacionales, regionales y globales.
Taller formativo de arranque del proyecto: temas y metodología en debate
Como actividad preparatoria del proyecto, la CLADE realizó la semana pasada, entre los días 16 y 19 de agosto, una serie de talleres para definir conceptos y metodologías comunes sobre el tema y el desarrollo del proyecto. En dicha actividad, participaron los equipos nacionales responsables del proceso y también los equipos coordinadores del mismo en CLADE y Alternatives. Se contó, además, profesionales de investigación y comunicación, tanto en temas de violencia como del enfoque investigación acción participativa.
Una de las especialistas que participó en la formación fue María Guadalupe Ramos Ponce, del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CADEM). Durante su exposición, habló sobre la violencia de género.
“La violencia de género se refiere a los actos dañinos dirigidos contra una persona o un grupo de personas en razón de su género. Tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas. El término se utiliza principalmente para subrayar el hecho de que las diferencias estructurales de poder basadas en el género colocan a las mujeres y niñas en situación de riesgo frente a múltiples formas de violencia”, explicó.
Según Guadalupe Ramos, la violencia contra las mujeres y las niñas se define como todo acto de violencia basado en el género que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o mental para la víctima, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. “La violencia contra las mujeres y niñas abarca, con carácter no limitativo, la violencia física, sexual y psicológica que se produce en el seno de la familia o de la comunidad, así como la perpetrada o tolerada por el Estado”, dijo.
Añadió que los feminismos han señalado la urgencia de desmontar el modelo hegemónico del patriarcado, que está detrás de todas las violencias, desigualdades y opresiones de la sociedad actual. “Eso porque el patriarcado [organización social en la que el varón goza de una condición de supremacía sobre la mujer, la cual se encuentra en una situación de opresión tanto en la esfera pública como en la esfera privada] está en el capital, en la apropiación de la riqueza, restringiendo las libertades y los derechos, congelando sueldos, y fomentando los empleos en precario. En el precio de la vivienda, la especulación, la privatización de la sanidad, la destrucción del planeta y en la pobreza y la educación sexista y discriminatoria”, subrayó.
Metodología de Investigación Acción-Participación
Para abordar, estudiar el tema y actuar en las comunidades educativas de los tres países que participan en el proyecto, la metodología adoptada es la Investigación Acción-Participativa (IAP). Durante los talleres mencionados, la investigadora y docente argentina, directora de la Facultad de Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba, Maria Cristina Mata, explicó qué significa este enfoque metodológico.
La IAP se define, según sus intervenciones, como un modo específico de abordar el quehacer científico. Es la producción de conocimiento que se realiza de modo colaborativo entre investigadores profesionales y determinados grupos sociales con una explícita intencionalidad política: contribuir a la transformación social, a suprimir las inequidades y situaciones de dominación existentes que afectan principalmente a las grandes mayorías populares y a sectores subalternos de la sociedad.
“La IAP representa una opción de trabajo junto a los grupos o clases sociales dominadas y excluidas, que busca incidir en su organización y en su capacidad de participar en las decisiones que afectan su vida cotidiana, potenciando así su condición de protagonistas activos de su historia”, afirmó.
La investigación acción participativa no es exclusivamente una metodología de investigación, explica Maria Cristina Mata. Es al mismo tiempo una práctica educativa – porque supone que los sujetos que la desarrollan realizan aprendizajes y avances en la comprensión de sí mismos y de su realidad – y es también una estrategia de intervención social – porque se opera sobre la realidad investigada.
“Este tipo particular de investigación es también acción. En general esta afirmación suele asociarse al hecho de que se trata de un tipo de investigación que tiene finalidades prácticas. Y eso es cierto. Porque los problemas que se investigan, y que son en general aquellos donde se expresan las múltiples opresiones y desigualdades que se viven – desde la falta de tierra para los campesinos hasta la incomprensión que suelen sufrir los jóvenes por parte de adultos autoritarios, para dar algunos ejemplos-, se abordan para provocar cambios en esas situaciones; es decir, para desarrollar acciones que las modifiquen”, destacó.
El proyecto abarca diversas acciones y etapas que se impulsarán hasta el 2023. La CLADE seguirá difundiendo los hallazgos, experiencias, aprendizajes y logros del proyecto, sobre la marcha, y especialmente desde producciones educomunicativas y dando a la comunicación un rol transversal y estratégico en la expresión, visibilidad y construcción de conocimientos sobre la temática de la violencia de género y su superación, en y con las comunidades que forman parte de la iniciativa.
Desigualdades educativas en América Latina: tendencias, políticas y desafíos (Resumen ejecutivo)
23 de abril de 2021Resumen ejecutivo del informe regional que presenta un diagnóstico general de las distintas políticas educativas implementadas por los Estados de América Latina en los últimos 20 años.
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Desigualdades educativas en América Latina: tendencias, políticas y desafíos
Este informe regional presenta un diagnóstico general de las distintas políticas educativas implementadas por los Estados de América Latina en los últimos 20 años, con miras a comprender en qué pudimos avanzar como región, qué elementos nos hacen falta y qué es necesario cambiar radicalmente para avanzar hacia una región más igualitaria y democrática.
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La educación y desigualdades de género en Guatemala: un estudio aproximado
La investigación revela una gama heterogénea de políticas educativas que Guatemala ha puesto en marcha en las dos últimas décadas para reducir las desigualdades educativas y contribuir a la universalización del ejercicio del derecho a la educación.
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El derecho humano a la educación en México: las heridas desde la violencia
La investigación revela una gama heterogénea de políticas educativas que México ha puesto en marcha en las dos últimas décadas para reducir las desigualdades educativas y contribuir a la universalización del ejercicio del derecho a la educación.
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De 2020 a 2021: ¿Cuáles son los desafíos y luchas para la educación?
11 de febrero de 2021El 2020 fue un año retador, de pérdidas, cambios y aprendizajes. La pandemia COVID-19 paralizó el mundo. Hasta enero de este año, tuvimos más de 95 mil millones de casos de COVID-19 y más de 2 mil millones de muertes. Solo en América Latina y el Caribe, se han reportado más de 11 millones de casos de coronavirus.
Este més, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) presenta una serie especial alrededor de los desafíos y luchas para el derecho a la educación que 2020 trajo a 2021 y expectativas para el nuevo año.
Desigualdades en la Educación – Este primer capítulo enfatiza de manera general las desigualdades en la educación que fueron profundizadas con la pandemia. A partir de reflexiones y acciones de la red de la CLADE, esta edición plantea, además, la educación inclusiva, el financiamiento educativo justo, la gratuidad de sistemas educativos públicos y la perspectiva holística, intersectorial y de derechos humanos en la educación, como caminos hacia una realidad mejor en el post-pandemia.
Falta de financiamiento y crecimiento de la privatización educativa – Este segundo capítulo de nuestro especial temático sobre los desafíos y luchas para el derecho a la educación que 2020 trajo a 2021 y expectativas para el nuevo año, enfatiza de manera general, a partir de reflexiones y acciones de la red de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), el financiamiento justo de la educación y el proceso de privatización educativa en nuestra región.
La intersección de la educación con otros derechos para procesos educativos con calidad – Es cierto que la educación es habilitante de otros derechos humanos, pero su realización depende de condiciones básicas, especialmente en un contexto de pandemia: escuelas con buena infraestructura, saneamiento adecuado y agua potable, alimentación escolar, etc. Sin embargo, la realidad de muchos países de América Latina y el Caribe muestra lo contrario. Este tercer capítulo analiza la importancia de garantizar otros derechos humanos para que tengamos una educación de calidad.
Educación en el contexto de pandemia y derechos digitales – Este capítulo aborda las consecuencias de la falta de infraestructura que ha generado, entre otras cosas, una profundización de las desigualdades educativas y sociales, con el refinamiento de la estratificación entre estudiantes.
Además, analiza la falta de condiciones dignas de trabajo a los y las docentes durante la pandemia.
Más allá de la educación – violencia de género, trabajo infantil y represión contra las comunidades educativas – Con la pandemia, las medidas de distanciamiento evidenciaron las asimetrías existentes y las profundizaron, suponiendo un retroceso educativo que tiende a profundizar las desigualdades, principalmente por las condiciones económicas y sociales de la gran mayoría de la población. Este capítulo aborda este contexto y los caminos para la superación y enfrentamientos de estos desafíos.
La educación desde la mirada de personas jóvenes y adultas – En el mundo existen 750 millones de personas analfabetas, de las cuales dos tercios son mujeres. De esta cifra, 32 millones pertenecen a América Latina y el Caribe, lo que representaba un 4% del total de la población del mundo. Estas 32 millones de personas latinoamericanas y caribeñas han sufrido una doble exclusión: estudian ahora porque en su infancia fueron excluidas de los sistemas formales. Para garantizar que estas personas finalmente accedan a la educación y logren estudiar, derecho que les fue negado cuando eran niños y niñas, la CLADE ha venido realizando un largo proceso de defensa y promoción del derecho a la educación de personas jóvenes y adultas (EPJA). Este especial presenta algunas de esas acciones.
Pandemia y postpandemia: resistencia y lucha permanente hacia la garantía de la educación – Aun con los graves desafíos educativos, movimientos sociales y organizaciones mostraron una gran fuerza para seguir adelante. Este último capítulo presenta algunas de esas luchas.
Desigualdades e interseccionalidades: Si no es inclusiva y transformadora, no merece llamarse Educación
5 de noviembre de 2020Si bien las desigualdades de acceso a la Educación mejoraron en América Latina y el Caribe en los últimos 20-30 años, los efectos de la pandemia amenazan con profundizar las injusticias estructurales, haciendo retroceder las posibilidades de capacitación y crecimiento humano de millones de educandos.
¿Qué grupos sufren más? ¿Cómo avanzar? Éstas son preguntas íntimamente relacionadas, que encuentran respuesta a través del concepto y la herramienta de la interseccionalidad.
Sucede que la región no solamente es la más desigual del mundo en términos socioeconómicos, sino que además hay conjuntos humanos en cuyos cuerpos se cruzan múltiples desigualdades.
A la tremenda vulneración de Derechos Humanos básicos que significa la pobreza – que en la mayor parte de los casos es estructural y multidimensional, afectando no solo los ingresos sino otros indicadores de deterioro en la calidad de vida – se suman las discriminaciones y violencias por motivos de género, de proveniencia cultural, la segregación e invisibilización de las personas con discapacidad o las condiciones que deben enfrentar las y los migrantes.
Pandemia y violencia contra las mujeres
La importancia de la Educación como garante de otros Derechos básicos como el derecho a la inclusión, la socialización, la participación o la alimentación se ve hoy coartada por el cierre de las instituciones de educación a causa del brote pandémico. La CEPAL calculó que más de 160 millones de estudiantes han visto interrumpida sus trayectorias educativas. En simultáneo, 85 millones de niñas y niños han dejado de recibir la alimentación a la que accedían en el sistema escolar.
La crisis sanitaria expuso los desniveles existentes en los distintos países en cuanto a infraestructura sanitaria y educativa, al tiempo que hizo visibles las brechas de acceso a tecnología y conectividad al interior de los países. Esta disparidad afectó fuertemente las posibilidades de los sectores vulnerables, al recurrir el sistema a modalidades virtuales de enseñanza.
Del mismo modo, la precarización laboral de amplios sectores, en el marco de un marcado deterioro de la economía real, hace temer por un aumento de la deserción escolar. En particular, las niñas podrían verse afectadas al tener que ocuparse de tareas de cuidado familiar en reemplazo de sus madres ocupadas en la búsqueda de ingresos. Este mandato social de responsabilidad femenina en labores de cuidado, acuñado en matrices sociales patriarcales, continúa siendo uno de los principales impedimentos para la aspiración de sociedades igualitarias.
El contexto de pandemia ha agudizado las violencias contra las mujeres, que sufren de manera cotidiana relaciones de opresión sistémicas a nivel social, familiar e interpersonal.
Los Pueblos Indígenas: Entre la segregación y el riesgo pandémico
En un modo distinto, pero igualmente doloroso, pervive la desigualdad estructural que atraviesa la vida de los más de 800 pueblos indígenas de la región. El distanciamiento, la discriminación, la erosión de la base material y cultural de su existencia por parte de sociedades ancladas en matrices de tipo colonial, negó a estas comunidades ya con anterioridad a la pandemia gran parte de sus Derechos Humanos.
Debido a las altas tasas de desnutrición y la precariedad de la infraestructura, los 60 millones de indígenas de América Latina -un 10% de la población total- han visto agravarse su situación con la coyuntura de riesgo sanitario producida por el Covid-19.
El sistema educativo, lejos de actuar como factor igualador, ha profundizado las desigualdades a través de la segregación cultural, sin permitir a estas naciones desarrollarse según sus propios valores y cosmogonías, ni aportar con su riqueza de saberes al conocimiento común.
Lejos de ello, la historia que se enseña en el sistema escolar tradicional poco habla de la infinita violencia contra los indígenas ni de la brutalidad contra los negros arrancados a la esclavitud desde el África. Violencia y explotación que son la marca indeleble sobre la que se construyó la inequidad actual.
Además de políticas públicas decididas de apoyo, es preciso que exista una educación verdaderamente inclusiva, que utilice modelos pedagógicos diferenciados de acuerdo a los escenarios en los que viven las comunidades indígenas y en cuyo diseño puedan participar los jóvenes y las mujeres de dichas comunidades.
Personas con discapacidad y educación virtualizada
Las personas con discapacidad son otro colectivo estructuralmente aislado en el modelo de un patrón educativo rígido y capacitista, que no las concibe como parte del alumnado regular.
Esta situación de no presencia ni pertenencia alcanza aún una mayor relevancia en el marco de una educación virtualizada por la emergencia pandémica. A las habituales barreras se suman las dificultades de acceso a tecnología adecuada y las dinámicas de clase a distancia que no contemplan necesidades particulares. Sumado a la carencia de personal de apoyo, se ha producido la desconexión de muchas personas con discapacidad de la actividad educacional.
Como contraparte, la situación permitió visibilizar a las personas con discapacidad, hizo posible un trabajo de agrupamiento de estudiantes según su necesidad, ayudó a pensar nuevas formas de evaluar y posibilitó la alternancia de lo sincrónico y lo asincrónico.
Del mismo modo, hizo patente el rol fundamental de la familia como actor central del proceso educativo, de la mano con la escuela y los propios estudiantes, al tiempo que colaboró con una docencia más reflexiva y la recreación de los modos de interactuar.
Precaria situación de migrantes ante crisis sanitaria, educativa y económica
La condición de migrante es otra de las circunstancias en las que la desigualdad se multiplica. La mayoría de estas personas atraviesa la actual crisis sanitaria en un marco de precariedad, al que se suma la crisis educativa. Se mira al migrante como mano de obra, como fuerza de trabajo y no como un ser para la educación.
Muchos migrantes no cuentan con conexión fija a internet, no poseen equipos adecuados ni cuentan con las condiciones de vivienda con privacidad que se adecúen a las modalidades educativas virtuales. A la vulnerabilidad económica, agravada por el alarmante desempleo, a las dificultades lingüísticas y tecnológicas se agrega la carencia de recursos de apoyo pedagógico para los niños y niñas migrantes.
Los Estados deben desarrollar políticas públicas con compromiso social, ético, poniendo el énfasis en la diversidad y la multiculturalidad. Es imperioso producir libros y pedagogía para la pluralidad abandonando una tradición educativa asimilacionista.
Hacia el futuro
Es imprescindible aprovechar la pospandemia para replantear sentido y finalidad de la educación hacia un modelo heterogéneo, diverso, inclusivo, solidario y accesible para todas y todos.
Se necesita dejar atrás una matriz educacional concebida en el período industrial con el fin de disciplinar, estandarizar, cosificar. Un esquema cuya íntima raíz es naturalizar la desigualdad.
Es imperioso resistir las presiones para mercantilizar y privatizar lo público y en particular, el espacio educativo, que son una afrenta directa a la posibilidad de disminuir la injusticia y promover una creciente equidad.
Corresponde abordar sin dilación un tipo de educación intercultural, emancipadora, abierta al otro, al diferente. Construir un horizonte formativo transformador, no reproductor de desigualdades.
Desarrollar un modelo que ayude a desmontar el andamiaje cultural del patriarcado, que conciba la protección de la igualdad como un bien común, como noción profunda y de cotidiana aplicación.
La lucha por el cambio educativo no se inicia ni agota en el ámbito educativo, sino que es una lucha política, en las relaciones interpersonales e intrafamiliares para modificar las relaciones de poder.
En esta lucha, la educación debe tomar partido por los históricamente excluidos, porque una educación que no sea inclusiva, no merece llamarse educación.
XI Asamblea de la CLADE trata de los desafíos de la educación en la post-pandemia en América Latina y el Caribe
8 de octubre de 2020Del 13 de octubre al 26 de enero, foros nacionales, redes regionales y organizaciones internacionales, docentes, estudiantes, investigadores y activistas que integran y son aliados a la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), estarán reunidos en la XI Asamblea CLADE para debatir los principales desafíos para la realización del derecho humano a la educación en la actual coyuntura. Están en el programa temas como privatización en la educación, juventudes, educación de personas jóvenes y adultas, primera infancia, criminalización de organizaciones estudiantiles, exclusión y desigualdades, entre otros.
El encuentro, que tiene como tema “Derecho Humano a la Educación: horizontes y sentidos en la post pandemia”, busca analizar el actual escenario regional e internacional y trazar estrategias para la efectiva implementación del derecho humano a la educación en América Latina y el Caribe en el contexto de la post pandemia.
Esta es la primera vez que una Asamblea de la CLADE será realizada en formato totalmente en línea. Los eventos son abiertos al público, para participar y saber más sobre la XI Asamblea, basta hacer tu inscripción a través de la página de la iniciativa.
7 vídeos para promover la diversidad y el derecho a la educación de personas LGBTIQ+
28 de junio de 2020En el marco de la celebración del Día Internacional del Orgullo de personas LGBTIQ+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans, Intersex, Queer, Asexuales), la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) destaca siete videos premiados en las dos ediciones del Festival “¡Luces, cámara y educación!”.
A continuación, mira los vídeos:
Lo dejaría todo por estar a tu lado
Realización: Proyecto Educativo Audiovisual Kaous Kreativo y Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación |Género: Animación | País: Bolivia
Todos y todas somos iguales, pero con gustos diferentes
Realización: Estudiantes de la institución educativa Libertad, ubicada en el distrito de Comas, Lima | Género: Ficción | País: Perú
Lección de Género
Realización: Comunidad educativa de la Escuela Primaria Eduardo Contreras | Género: Ficción | País: Nicaragua
Trans-formando identidades
Realización: Grupo “Construyendo Igualdad de Género” | Género: Ficción | País: Colombia
Contra Viento y Marea
Realización: Andrea Hernández Toro y Mildred Molina Sandoval (docentes) con estudiantes de Isla de Tierra Bomba | Género: Ficción | País: Colombia
Different ways
Realización: Leonardo Morales, Mateo Gonzales | Género: Ficción | País: Bolivia
Nací para ser Tiffany
Realización: Foro de Educación y Desarrollo Humano de la Iniciativa por Nicaragua y Julissa Sánchez Quintanilla | Género: Documental | País: Nicaragua
¡Luces, cámara y educación!
El Festival tiene el objetivo de sensibilizar a las autoridades y tomadores/as de decisiones, así como a los y las estudiantes, docentes y la ciudadanía en general, sobre la importancia de garantizar plenamente el derecho a la educación de las personas LGBTIQ+ y de promover los centros educativos como espacios de realización de todos los derechos humanos. Las primeras ediciones del Festival se realizaron en Bolivia y Costa Rica, en 2017 y 2018, respectivamente.