Es la capacidad de una persona para tomar decisiones y actuar de acuerdo con sus valores y deseos. La capacidad está condicionada por su posición social, poder, recursos materiales y limitaciones estructurales. Puede ser individual o colectiva. Los actores que defienden los derechos humanos buscan aumentar la capacidad de acción de las personas con una o más identidades que conlleva una desigualdad de poder. Por ejemplo, una niña de una población minoritaria con una discapacidad debería poder tomar tantas decisiones en su vida como un niño de una población mayoritaria de su comunidad que no tenga discapacidades. La valoración del poder de la acción colectiva, hace hincapié en cómo los colectivos y los movimientos sociales sortean las estructuras de poder patriarcales y crean nuevas posibilidades de transformación social que no son posibles individualmente. La educación transformadora de género fortalece la capacidad de acción de las juventudes, tanto a nivel individual como colectivo, para superar eficazmente las limitaciones estructurales y generar un cambio social.
