El 20 de noviembre se conmemoraron 3 décadas de la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, el marco internacional de derechos humanos más ratificado en el mundo, y que garantiza los derechos de la niñez y la juventud. Todos los países de América Latina y el Caribe que son miembros de la ONU han firmado la Convención. Sin embargo, todavía no se ha logrado que todos los niños y las niñas disfruten de una infancia con la plena garantía de derechos en la región.
A juicio de Giorgi, el aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) permite evaluar los avances y desafíos pendientes en relación a los derechos, los cambios de las políticas y la propia forma de ver la niñez en la sociedad. “Pero, también esta memoria corre el riesgo de normalizar la celebración e invisibilizar la autocrítica de los operadores de infancia en los países”, ponderó.
Según el director, se puede decir que, en líneas generales, en estos 30 años, se ha avanzado en marcos jurídicos, marcos políticos e institucionalidad, pero se percibe que aún falta mucho para que la mirada de la Convención impregne la vida cotidiana. La Convención se conoce en algunos sectores políticos como un discurso muy técnico, y con poca apropiación de la gente. Así mismo, según Giorgi, se imponen prácticas desde el adultocentrismo, el patriarcado, la administración de la autoridad y la regulación de la expresión de niños y niñas, por ejemplo, exigiéndose que los niños y niñas manifiesten respeto para con las personas adultas, pero no necesariamente comprometiéndose de forma inversa.
Víctor Giorgi compartió un análisis de la región que resulta preocupante sobre la calidad de vida de niños, niñas y adolescentes. Señaló como desafíos sus condiciones de pobreza, discriminación y desigualdad en la región, las cuales responden a coyunturas y a modos por los que los Estados administran las riquezas. Por ejemplo, se han visto avances en Brasil, Argentina y Ecuador, pero luego con la crisis financiera se afectaron directamente los derechos de la niñez.
Demandas de la sociedad civil
Para el director del IIN, la inversión en infancia sigue siendo marginal desde los presupuestos de los Estados, porque no se asume una conexión entre la realización de derechos, los avances democráticos y las posibilidades de desarrollo de un país. “Muchas veces se considera un gasto superfluo, en lugar de asumirlo como una estrategia de desarrollo de los países, lo que se demuestra en los propios organismos internacionales: la OEA destina el 1,5% de su presupuesto para la niñez, pero el 40% de la población del continente es menor de 18 años”, añadió.
Destacó también que, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), hay un compromiso de los Estados para erradicar todas las formas de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, facilitando la articulación entre el Sistema Interamericano y las Naciones Unidas, así como entre los Estados y la sociedad civil.
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En cuanto a la violencia contra la niñez, recordó que hubo avances que pasan por adelantos legislativos, entre ellos el registro de que 10 Estados de la región prohibieron el castigo físico contra niñas, niños y adolescentes desde sus legislaciones. “Por otro lado, está la necesidad de cambios culturales, porque la normativa no es suficiente para erradicar la idea de que la violencia es un recurso válido para disciplinar, a lo cual los propios niños, niñas y adolescentes expresan su sufrimiento y preocupación en las familias, las escuelas y espacios institucionalizados”, explicó.
3 tendencias de vulneración de derechos en la coyuntura regional
“Este escenario muestra discursos de seguridad que justifican el recorte de derechos, la discriminación y la represión sobre sectores sociales tradicionalmente estigmatizados”
Giorgi destacó 3 retos en la coyuntura regional. El primero es la preocupación por la represión de niños, niñas y adolescentes, cuando hay estallidos sociales que irrumpen en la escena, precedidos de un largo periodo de exclusiones y situaciones de desigualdad. “Este escenario muestra discursos de seguridad que justifican el recorte de derechos, la discriminación y la represión sobre sectores sociales tradicionalmente estigmatizados, dejándoles como blanco de la represión”, afirmó.
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Un segundo punto destacado, fue el discurso de la antisolidaridad aliado al neoliberalismo, que prioriza la individualidad y presenta la pobreza como responsabilidad de las personas que están en esta condición, haciendo creer inclusive que la infancia es un problema de cada familia, no del Estado.
Finalmente, se presenta como tendencia un discurso fundamentalista religioso, que reivindica la restauración de un orden adultocéntrico, y justifica el castigo físico y la privación de información, en aras de la supuesta protección de la infancia y como disciplinamiento.
Derecho Humano a la Educación
Durante el diálogo, Víctor Giorgi se posicionó a favor de la implementación de una educación sexual integral en los niveles básico y medio de enseñanza. “El derecho a la educación implica un aprendizaje para la vida, y la sexualidad aparece excluida según las imposiciones mencionadas”, añadió.
“A veces se simplifica masificando ideas que culpabilizan a la propia infancia, como la deserción y el fracaso escolar”
Según el entrevistado, la educación tiene mucho para mejorar, pero lo primero es generar condiciones que trasciendan el acceso a la educación, porque hay contextos que constituyen barreras, como situaciones de pobreza o inseguridad. “A veces se simplifica masificando ideas que culpabilizan a la propia infancia, como la deserción y el fracaso escolar. Asimismo, también la cobertura de la educación bilingüe aún constituye una deficiencia y muestra de discriminación étnica”, enfatizó.
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Explicó también que el discurso neoliberal y antisolidario presente en la región asume la educación como bien de mercado y genera ofertas privadas, debilitando la red de educación pública y gratuita, lo cual es muy grave para la garantía de derechos. “Los Estados deben garantizar el derecho a la educación con calidad, para el ejercicio pleno de derechos, pero con frecuencia se aplica una política de ahorro de dinero público, habilitando así las iniciativas privadas”.
Participación
El derecho a la participación es central en la CDN, ya que habilita a los niños, niñas y adolescentes como actores sociales plenos, cuyas opiniones deben tomarse en cuenta, en los debates y políticas respecto a los asuntos que les afectan. Sobre este punto, Giorgi compartió que hay algunas experiencias de creación de Consejos Consultivos Cantonales en Uruguay a nivel de educación, pero que resultan insuficientes para lograr la participación libre de niñas, niños y adolescentes al interior de estos espacios sin control de parte de las personas adultas.
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Recientemente, comenta Giorgi, se realizó en Cartagena el III Foro Panamericano del Niño, la Niña y Adolescentes, paralelo al XXII Congreso Panamericano del Niño, la Niña y Adolescentes, evidenciando un avance muy importante en el ejercicio del derecho a la participación de niños, niñas y adolescentes como actores y protagonistas en ámbito regional. “Pero, aún falta lograrlo en todos los espacios cotidianos”, ponderó.
Finalmente, recordó el compromiso con el plan de acción del IIN por los próximos 4 años, donde se establece la erradicación de la violencia contra la niñez en todas sus formas, el desarrollo de sistemas integrales de protección de los derechos de la niñez y la adolescencia, y el impulso a la participación de niñas, niños y adolescentes.