Para reiterar la importancia de la defensa de la educación como derecho humano fundamental habilitante para el ejercicio de otros derechos, a petición del Ministerio de Educación como señala la nota de prensa, la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE) presentó el estudio “Situación de la Educación en Bolivia”, contexto que marca un hito en la incidencia política. El documento, elaborado como un aporte desde la sociedad civil, busca interpelar al Estado y a la ciudadanía sobre la urgencia de trascender el acceso y centrarse en la calidad y la dignidad de los procesos de aprendizaje.
El monitoreo ciudadano como garantía del Derecho Humano a la Educación
Para organizaciones y redes como la CBDE integrante de la CLADE, la producción de conocimiento basado en evidencia es una herramienta indispensable de lucha y movilización social. El estudio sistematiza información estadística dispersa y estratégica sobre educación en Bolivia para ofrecer una imagen clara de los avances y retrocesos. Al poner estos datos en manos de autoridades, docentes y activistas, se fortalece la democracia participativa y se exige que las políticas públicas respondan a las realidades desiguales que persisten en nuestros sistemas educativos.
El derecho a la educación implica no dejar a nadie atrás. Sin embargo, el informe alerta sobre cómo la ausencia de datos transparentes y actualizados en ciertas áreas, como la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA) o la educación técnica, invisibiliza a las poblaciones en situación de vulnerabilidad. La vigilancia social es, por tanto, el mecanismo clave para asegurar que el Estado cumpla su rol de garante, promoviendo una educación descolonizadora, inclusiva y equitativa a lo largo de toda la vida.
Bolivia en el espejo regional: desafíos compartidos en América Latina y el Caribe
El caso boliviano ofrece lecciones profundas para la región, si bien el país ha logrado avances notables en la cobertura —alcanzando casi la universalidad en primaria—, enfrenta el desafío regional de la “crisis de los aprendizajes”. El estudio demuestra que el crecimiento de la matrícula no garantiza automáticamente la adquisición de competencias, una realidad que resuena en muchos países del continente donde las brechas de desigualdad siguen dictando el destino educativo de millones.
La investigación evidencia una deuda histórica con las poblaciones indígenas y rurales. Las brechas son alarmantes: en sexto grado de primaria, la diferencia en el puntaje de matemáticas entre estudiantes no indígenas e indígenas es de 46 puntos a favor de los primeros. Esta situación interpela a los sistemas educativos de la región, lo cual debería impulsar la revisión de sus modelos pedagógicos en tanto sean realmente interculturales y pertinentes, o si por el contrario continúan reproduciendo estructuras de exclusión social y económica.
Asimismo, Bolivia inspira a la región a repensar el financiamiento educativo, el informe sugiere que, en un contexto de restricción fiscal post-pandemia, la región no solo debe luchar por más presupuesto, sino por una inversión más justa y eficiente que priorice la educación inicial y a los sectores en situación de riesgo, rompiendo así los ciclos intergeneracionales de pobreza.
Hallazgos que encienden las alarmas: inclusión y género
El dato más contundente del estudio revela una crisis profunda en las habilidades fundantes. Según la investigación, los resultados de las pruebas muestran que una gran mayoría de estudiantes no logra las competencias mínimas.
Cecilia Lazarte, directora ejecutiva de la CBDE, enfatizó durante el evento de lanzamiento para la presentación la gravedad de este hallazgo para el futuro del país, “el estudio revela que siete de cada diez niños y niñas en tercer grado y ocho de cada diez en sexto grado presentan dificultades significativas para entender el contenido de lo que leen. El estudiantado no logra localizar información explícita en textos ni reflexionar sobre el contenido”.
Otro punto crítico es el retroceso en la educación inclusiva, a pesar de la retórica normativa, los datos muestran que la matrícula de estudiantes con discapacidad en la educación regular está disminuyendo, mientras aumenta en centros de educación especial. Esto indica una tendencia hacia la segregación en lugar de la inclusión, contraviniendo los principios de derechos humanos. Además, las brechas de género persisten en áreas específicas, como la educación técnica y superior, donde las mujeres siguen subrepresentadas en carreras tecnológicas.
El estudio se suma a un llamado a la acción urgente, no se limita a la crítica, sino que ofrece este diagnóstico como insumo para el debate en el Congreso Plurinacional de Educación. Como señala el documento, es momento de recuperar la ética y la coherencia en la política pública, “estamos en un momento crucial para hacer efectivo el derecho de 300.000 adolescentes y jóvenes, hombres y mujeres que están fuera del Sistema Educativo Plurinacional. Así como, es necesario impulsar medidas para universalizar la educación de primera infancia”.
