Perú: “La política nacional de igualdad de género y la incorporación del enfoque de género en el currículo generan sinergia contra la discriminación de niñas y mujeres”
9 de abril de 2019
La semana pasada, el gobierno de Perú publicó el Decreto Supremo N° 008-2019, que aprueba la Política Nacional de Igualdad de Género. Además, la Corte Suprema del país declaró, en última instancia, que una demanda de acción popular que había sido interpuesta por grupos conservadores, contra el enfoque de género en el Currículo Nacional para la Educación Básica (CNEB) es “infundada en todos sus extremos”, y que el currículo debe ser implementado.
Sobre estos logros para la educación con igualdad de género en el país, entrevistamos a Liliam Hidalgo Collazos, presidenta de Tarea – Asociación de Publicaciones Educativas – e integrante del Colectivo Educación e Igualdad de Perú. “En todos los objetivos de la política nacional de igualdad de género, los lineamientos y servicios requieren un componente educativo para hacerse realidad. No importa qué sector esté asumiendo la responsabilidad, el componente educativo debe formar parte de la estrategia de implementación”, afirma Liliam.
Lee el diálogo completo:
El 3 de abril la Corte Suprema declaró infundada en todos sus extremos la demanda que el colectivo Padres en Acción había presentado contra el Ministerio de Educación por el fin de la transversalización del enfoque de género en el Currículo Nacional de Educación Básica, ¿Qué implicancias consideras que tendrá esta importante decisión?
Considero que las implicaciones en el derecho a la educación son varias. En primero lugar, esta sentencia ha dejado asentado con claridad la potestad del Ministerio de Educación en la rectoría de políticas públicas educativas, lo que es altamente saludable para nuestra institucionalidad en el Perú. En segundo lugar, el fallo abre la posibilidad de trabajar, con todo el respaldo de la ley, el enfoque de género de manera transversal en todo el sistema educativo.
Es decir, en la formación docente, en los materiales, en la gestión escolar, en la normativa, etc. Pero, sobre todo, lo que va a permitir es que millones de niñas y niños tengan experiencias educativas donde sean valoradas/os, donde las oportunidad sean iguales para hombres y mujeres, garantizándose las condiciones para que niñas y mujeres puedan ejercer sus derechos cuando exista una situación de desigualdad. Una experiencia educativa donde se cuestiona los estereotipos, y donde te respeten porque eres una persona humana, sin importar tu procedencia, lengua, género u orientación sexual.
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A más largo plazo, se crea un precedente en la construcción de las políticas públicas, donde la participación de la sociedad es necesaria y saludable. Esta política debe suponer el empoderamiento de las niñas, adolescentes y mujeres que, por haber participado en experiencias educativas de respeto, valoración y generación de pensamiento crítico, podrán ejercer una ciudadanía plena. Me gustaría subrayar la relación del enfoque de género con la formación de pensamiento crítico, dado que supone un ejercicio constante de cuestionamiento de lo que es dado.
Otra implicancia es la posibilidad de articulación intersectorial con las políticas que vienen de otros sectores, en especial con aquellas que van en defensa de la mujer, de manera que el enfoque integral permita que la salud, la justicia y la educación intervengan en la efectiva erradicación de los patrones sociales que permiten hasta hoy estas desigualdades, y cuyas raíces son multisectoriales.
Casi concomitantemente, el gobierno ha aprobado la Política Nacional de Igualdad de Género que se propone abordar las causas y los efectos de la discriminación estructural contra las mujeres, ¿Cuál es la relevancia de la articulación entre ambas políticas?
La política nacional de igualdad de género y la incorporación del enfoque de género en el currículo escolar se completan, logrando una sinergia que favorece al tratamiento del problema. Aunque tengan distintos alcances, una siendo de carácter nacional y la otra sectorial, su complementariedad es evidente.
En la política nacional de igualdad de género se plantean 6 objetivos prioritarios, y se desarrollan los lineamientos para intervención del Estado en relación a estos objetivos a través de servicios, los cuales la política explícitamente encargan a un sector. Por ejemplo, en el caso del Objetivo 1, que es reducir la violencia hacia las mujeres, existe un lineamiento para implementar medidas de prevención de la violencia contra las mujeres a favor de la ciudadanía. Dentro de este lineamiento, hay un servicio bajo la responsabilidad expresa del sector “Educación”, que es la promoción de la convivencia escolar democrática, y la prevención de la violencia contra niñas, niños y adolescentes en los centros educativos. Es decir, hay una interrelación y una articulación explícita entre ambas políticas.
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Además, hay otras dos formas de relación visibles. La primera es que, en todos los objetivos de la política nacional, sin excepción, los lineamientos y los servicios requieren un componente educativo para hacerse realidad. No importa qué sector esté asumiendo la responsabilidad, el componente educativo debe formar parte de la estrategia de implementación.
Por otro lado, si yo implemento el enfoque de género en las escuelas, las niñas y los niños van a crecer y formarse con una actitud diferente, con prácticas de respeto a la igualdad de género. Es decir, los niños no violentarán a niñas por ser mujeres, los niños y niñas van a conocer mucho más sobre salud sexual y reproductiva, y por lo tanto, podrán tomar mejores decisiones sobre sus vidas y tendrán una convivencia más sana.
En este contexto de avances para la igualdad de género y el derecho a la educación, ¿cuáles son los desafíos para su efectiva implementación?
Para implementar el enfoque de género en el currículo, el reto es transitar de un discurso políticamente correcto a una práctica efectiva en todos los espacios educativos. O sea, tomar las decisiones necesarias para que los cambios se den en las aulas efectivamente. Pero, para ello, es necesario mudar varias esferas del sistema. En principio, la formación docente, tanto la formación inicial, cuanto la continua. También es necesario revisar los materiales que estamos produciendo, revisar las normativas y hacer transformaciones en la gestión escolar. Sobre todo, la intención es transformar las relaciones que se dan entre las personas, funcionarias y funcionarios de todos los niveles, los directivos, las y los docentes, las familias, así como las y los estudiantes.
Esto va a ocurrir si se generan y modifican políticas internas. Por ejemplo, hay la necesidad de crear la política para la elaboración de materiales educativos en el país. Hay la necesidad de cambiar las políticas para la formación de docentes, de modo que el enfoque de género esté totalmente presente. Es necesario también que se asigne el presupuesto suficiente para que las acciones, los recursos y el personal necesarios puedan destinarse a tal fin.