Nueve puntos fundamentales para construir una educación emancipadora

18 de octubre de 2018

Para que podamos construir una sociedad libre de todo tipo de opresión, la educación debe ser emancipadora, capaz de transformar el presente y el futuro de niñas/os, adolescentes, jóvenes y personas adultas desde la reflexión y el pensamiento crítico para indagar, cuestionar, discernir, imaginar y accionar por otros mundos posibles. Conozca 9 puntos fundamentales que caracterizan una educación emancipadora:

  1. Diálogo
    Es desde el diálogo que la educación debe orientarse a los propósitos de los derechos humanos; a la construcción de la paz y de ciudadanías activas, críticas y participativas; al fortalecimiento de nuestras democracias; y a la superación de las desigualdades y discriminaciones.
  2. Libertad
    Los principios de la educación popular nos enseñan que la educación debe ser dialógica, desde y para la promoción de relaciones horizontales con y entre educadoras/es y educandas/os, y desde pedagogías y prácticas promotoras de conciencia crítica respecto al mundo en que vivimos, respecto a nuestros tiempos y espacios, a nuestras historias y culturas, capaz así de promover transformación y liberación.
  3. Transformación
    La educación tiene como función la transformación del mundo. Es movimiento que nos construye como personas, y por lo tanto construye nuestra capacidad de transformar la realidad, y así cambiar las asimetrías sociales, uniendo a las personas y entidades que luchan por una sociedad libre de cualquier opresión, marginalización, explotación y exclusión social.
  4. Decolonización
    Un proyecto educativo emancipatorio debe proponerse deconstruir los aspectos coloniales de nuestra sociedad. Así, la educación debe asegurar la enseñanza y el aprendizaje de conocimientos acumulados por la humanidad a lo largo de la historia, en distintos campos, pero superando la hegemonía de conceptos y miradas de base eurocéntrica u occidental, y a la vez tomando en cuenta y valorando la diversidad de saberes y cosmovisiones de los distintos pueblos.
  5. Democracia
    La educación emancipadora debe promover la democracia y la participación en pie de igualdad, reconociendo a todos los sujetos de la comunidad educativa como interlocutores legítimos y fundamentales en el diálogo, de manera que ello conlleve a la superación de discriminaciones y a la resolución no violenta de los conflictos, desde la participación, la acción y la reflexión en la vida colectiva.
  6. Igualdad de género
    Para que la educación sea un derecho universal y central en la superación de la violencia y discriminación, así como en la construcción de una vida digna, es primordial que se promueva la reeducación de las relaciones de género, deconstruyendo patrones patriarcales y afirmando normas, roles y relaciones de género en condiciones de igualdad y equidad.
  7. Afectividad y cuidado
    Las y los estudiantes traen en sí un contenido rico de experiencias, vivencias, sueños, emociones y sensibilidades, que pueden usarse para su propio desarrollo. Más que mera transmisión de conocimiento, la educación debe valorar la manera de ser, sentir y pensar de las personas, permitiendo a ellas, desde el autoconocimiento, desarrollar sus potencialidades intelectuales, amorosas, naturales y espontáneas.
  8. Comunicación
    Los medios de comunicación también son instancias educadoras, y en ese sentido, es un rol de la educación y una tarea cotidiana de la ciudadanía pensar críticamente la comunicación y lo que se difunde a través de los medios y las redes sociales. Poner en la agenda educativa y/o comunicativa algunas críticas y temas significa abrir espacios para la profundización del debate democrático, alentando la participación deliberativa y el protagonismo de la pluralidad.
  9. El arte y la cultura
    Una educación emancipadora debe considerar la relación intrínseca e inseparable entre la educación, el arte y la cultura, la cual debe reflejarse en los sistemas y centros educativos, de manera que sean reconocidos como centros culturales en donde múltiples manifestaciones no solo se expresan, sino que también se producen. El arte y la cultura también dialogan con el aprendizaje desde la alegría, la expresión, el juego, lo lúdico y la sensibilidad.

Para más información, lea el texto “Educar para la libertad: por una educación emancipadora y garante de derechos”


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