En este diálogo por ocasión del Día Internacional de la Mujer, Guadalupe Ramos Ponce, abogada, feminista y coordinadora de CLADEM en Jalisco, aborda temas como: educación, equidad e igualdad de género, violencia de género y el avance conservador que ha resultado en retrocesos para los derechos de las mujeres y para la libertad de decidir sobre sus cuerpos
“Toda educación tiene que ser no sexista, no discriminatoria, una educación sin fobias, sin miedos, una educación libertaria y que promueva el derecho a vivir una vida sin violencia. Pero, para alcanzar todas esas aspiraciones, tenemos que promover una educación sexual integral con perspectiva de género y de derechos humanos. (…) Una educación de esa manera no solo irá fortalecer la promoción de las relaciones de género igualitarias, sino también la construcción de Estados democráticos y respetuosos de los derechos humanos”, afirmó Guadalupe Ramos Ponce, abogada, feminista, profesora e investigadora de la Universidad de Guadalajara, defensora de los Derechos Humanos y coordinadora del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) en Jalisco, México.
Compartió este testimonio durante un diálogo con la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) y la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular (ALER), por ocasión de las celebraciones de 2019 del Día Internacional de la Mujer.
En la entrevista, Guadalupe abordó la real importancia de recordar esta fecha, que lejos de ser un día para recibir regalos, es – según ella – un día de lucha por los derechos de las niñas y mujeres. “Es un día de conmemoración, pero también un día de accionar respecto a la condición de las mujeres, a lo que está pasando en el mundo, sobretodo en América Latina y el Caribe, con su condición social, política, jurídica y también por el tema de la educación de las mujeres, y cómo ha sido el avance en relación a las brechas de desigualdades históricas que hemos vivido. Ese día es un día de lucha y de seguir exigiendo también todo eso que nos hace falta”, dice.
Diversos temas fueron tocados en la entrevista, desde la importancia de que temas y enfoques de género y sexualidad sean abordados en la educación, así como el combate a la violencia y la lucha para que las mujeres puedan decidir sobre sus cuerpos.
“El cuerpo de las mujeres se convierte en un campo de batalla. Allí encontramos las explicaciones al acoso sexual, al hostigamiento y a la pregunta ‘¿Por qué cuando vamos a la calle nos gritan, nos dicen cosas?’. Es una manera de inhibir nuestra presencia en el espacio público de la calle. ¿Por qué cuando entramos en las escuelas, a las universidades, encontramos también en ocasiones espacios hostiles para nosotras, desde un maestro que nos acosa, que nos hostiga y demás? Es una manera de desalentar la presencia de las mujeres allí”, afirma Guadalupe.
Lee la entrevista completa:
¿Cómo está la educación de América Latina y el Caribe respecto a la igualdad y equidad de género?
Guadalupe Ramos Ponce – Antes de responder esta pregunta, me gustaría comenzar con una brevísima reflexión sobre el Día 8 de Marzo porque luego se distorsiona, sobretodo en los últimos años. Las instituciones, los Estados, se han encargado de distorsionar el día 8 de Marzo como un día de celebración, un día en que te regalan una florecita, y ahora todo el mundo te manda felicitaciones por ser el día de la mujer.
Historia del 8 de Marzo
Como explicó Guadalupe Ramos Ponce, esta fecha está lejos de ser un día festivo. Su origen se enmarca en un contexto histórico e ideológico de luchas de las mujeres, determinado por profundas desigualdades de género.
El 8 de marzo de 1857, un suceso trascendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero: 129 mujeres se murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararon en huelga con permanencia en su lugar de trabajo.
Estas mujeres se movilizaron para exigir la reducción de su jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres por las mismas actividades y medidas para corregir las malas condiciones de trabajo que padecían. El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para obligar las manifestantes a dejar el lugar. Sin embargo, el resultado fue la muerte de las obreras en el interior de la fábrica.
La protesta y la muerte de estas mujeres generaron otras manifestaciones, actos y conferencias hasta que, en el 1977, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
Más informaciones sobre el Día Internacional de la Mujer
Me parece importante que comencemos con esta reflexión de que es un día de conmemoración, pero también un día de accionar respecto a la condición de las mujeres, a lo que está pasando en el mundo, sobretodo en América Latina y el Caribe, con su condición social, política, jurídica y también por el tema de la educación de las mujeres. Es un día de lucha y de seguir exigiendo todo eso que nos hace falta.
En relación a la pregunta, toda la región de América Latina y el Caribe ha significado históricamente por las enormes brechas de desigualdad entre los grupos poblacionales – por ejemplo, en la misma región, países como Uruguay, Costa Rica o Argentina tienen niveles en el tema de la educación mucho más elevados que los de Guatemala, Bolivia y Perú.
En la última década, si bien se redujeron las brechas entre mujeres y hombres en el tema educativo – porque la población femenina comenzó a entrar a la educación formal, media y a las universidades, alcanzando en algunos casos mayoritariamente los espacios educativos – encontramos en otros lugares que tales brechas siguen aumentando.
¿Cómo la perspectiva de la igualdad de género debería abordarse en el ámbito educativo?
Guadalupe Ramos Ponce – La perspectiva de género es una perspectiva de análisis que nos permite revisar y mirar cuál es la condición de las mujeres en la educación de la región.
Si bien hemos visto la lucha de las bases sociales por igualdad de género, al mismo tiempo, hemos encontrado – sobretodo en los últimos años – un reposicionamiento de grupos de la extrema derecha que, ante los avances significativos que se van logrando respecto a los derechos de las mujeres, comienzan a impulsar rechazos y, en algunos casos, hasta retrocesos con el discurso de la llamada “ideología de género”, como una manera de deslegitimar estos avances importantes que se habían tenido.
Fueron avances en términos de visibilizar la condición de desventaja histórica en que las mujeres hemos estado, y que por lo tanto requería una serie de acciones afirmativas en la región para disminuir estas brechas de desigualdad.
¿Equidad e igualdad de género es lo mísmo?
Guadalupe Ramos Ponce – La equidad es el camino para alcanzar la igualdad. Yo les pongo un ejemplo muy sencillo: cuando en clases yo les doy a mis alumnos(as) una manzana, en este momento, a cada una y a cada uno, aparentemente estoy realizando una acción igualitaria, y no es así.
Para que yo pueda aportar en el sentido de superar la desigualdad en la que viven mujeres y hombres, yo tengo que mirar – y para eso me ayuda la perspectiva de género – ¿cuál es la situación que cada una y cada uno tiene, no solamente en el aula, sino en su casa, en su vida social y familiar? Entonces, me voy a percatar que, en su casa, algunos tienen un kilo de manzanas, pero hay otros que ni siquiera en su vida han conocido una manzana. Entonces, para algunos les va a tocar una manzana, a otros les van a tocar tres manzanas y posiblemente a alguna y a alguno no le toque ninguna manzana. Eso es equidad, es equitativo, porque miré la condición de cada quién para darle de acuerdo a su circunstancia, y de esta manera doy pasos para alcanzar la igualdad.
¿Pensando en los espacios educativos, más allá del aula, qué importancia tiene abordar temas de género y sexualidad?
Guadalupe Ramos Ponce – Por supuesto, toda educación debe ser no sexista, no discriminatoria, una educación sin fobias, sin miedos, una educación libertaria y que promueva el derecho a vivir una vida sin violencia.
Pero, para alcanzar todas estas aspiraciones, tenemos que promover una educación sexual integral con perspectiva de género y de derechos humanos. Es decir, el abordaje tiene que ser tan amplio que abarque los derechos sexuales y reproductivos, la salud sexual, la diversidad, la orientación sexual y la identidad de género, la autonomía, el acceso a la información, la libertad sexual, la promoción de decisiones libres y responsables, y la superación de todo tipo de estereotipo y de discriminación.
Una educación de esta manera no solo fortalecerá la promoción de las relaciones de género igualitarias, sino también la construcción de Estados democráticos y respetuosos de los derechos humanos.
¿Cuáles son las consecuencias negativas para las y los estudiantes de la exclusión del abordaje de los temas género y sexualidad en los espacios educativos?
Guadalupe Ramos Ponce – Estos efectos ya lo estamos viviendo, y de hecho lo que tenemos que hacer es mirar esta realidad. Cuando no se educa de esta manera integral como hemos señalado y cuando se trata de impedir una educación sexual integral, las consecuencias son funestas.
En las últimas semanas, hemos tenido dos casos de dos niñas – una de once y otra de doce años de edad – embarazadas, producto de una violencia sexual y obligadas a vivenciar estos partos. Les aplicaron cesáreas y las sometieron a situaciones de torturas incalificables.
Esto en el caso de la violencia sexual, pero hay otras situaciones en que prevalece la ignorancia, la desinformación, y con esto estamos llevando a que se incremente la violencia contra las niñas y mujeres de la región.
Se observa como tendencia en nuestra región una presencia de movimientos conservadores a la incorporación de los temas sexualidad y género, y también del debate político, en los sistemas educativos. En Brasil, por ejemplo, está el movimiento “Escuela sin Partido”, y en Perú y Ecuador está “Con mis hijos no te metas”. ¿Cómo explicamos que esta tendencia conservadora tenga tanta fuerza?
Guadalupe Ramos Ponce – Hice un análisis muy específico en el caso de México, cuando estos grupos de “Con mis hijos no te metas” se conformaron en redes a nivel nacional para impedir que se promulgaran leyes.
“Detrás de esta idea de ideología de género hay una gran persecución a los temas de la diversidad sexual”
Lee también la entrevista de CLADE con Nilma Lino Gomes, ex ministra del Ministerio de la Mujer, la Igualdad Racial y los Derechos Humanos durante el gobierno de Dilma Rousseff. En el diálogo, se abordan las actuales amenazas a los derechos de niñas, mujeres y personas LGBTI en Brasil, y la importancia sobre la discusión sobre género y las diferentes formas de discriminación esté presente en las escuelas.
Había todo un paquete de reformas legislativas que se habían propuesto en el sexenio anterior, por parte del ex-presidente, y se llevó al Congreso de la Unión, a la Cámara de Diputados. Este paquete proponía, además del matrimonio igualitario, los cambios de identidad – para que legalmente pudieran estar protegidas con certeza jurídica todas las personas en sus diversidades y en sus identidades – y una serie de derechos. Con esta campaña que “Con mis hijos no te metas” impulsó en todo el país, logró impedir que se aprobaran estas reformas legislativas, resultando en un gran retroceso.
¿Por qué tienen tanto peso, incluso para impedir esta reforma y avances en México y otros países de la región? Veo que se ha alzado una fuerza insospechada, apoyada por los gobiernos, que les han abierto las puertas de espacios institucionales y gubernamentales. Pero, sobretodo, han alcanzado esta fuerza por tres cuestiones fundamentales:
- Los recursos económicos con los que cuentan. Ellos tienen dinero que les posibilita realizar estas campañas que trascienden las fronteras de los países;
- Tienen apoyo institucional y gubernamental, lo que les ha facilitado acceder a las instancias gubernamentales, e inclusive organizarse en partidos políticos o candidaturas para llegar a los espacios de decisión.
- La ignorancia y el miedo de las personas se han manejado con muchos argumentos mentirosos. Dicen que “a tus hijos la escuela les va a cambiar de nombre, los niños van a poder entrar en los baños de las niñas” y toda una serie de tonterías que la gente cree y termina diciendo que apoya a esta causa para proteger a sus hijos.
Estos tres factores fundamentales fueron los que han influido para que haya este fortalecimiento de las derechas (política), sobretodo de los grupos evangélicos en América Latina y el Caribe, con propuestas totalmente regresivas.
¿Cómo se cruza la agenda del movimiento feminista con la lucha por el derecho a la educación, frente a un contexto regresivo para los derechos de las niñas y mujeres?
Guadalupe Ramos Ponce – Por un lado, existe una respuesta de ejercicio de violencia contra las mujeres cuando llegamos a un espacio a donde no estábamos invitadas históricamente. Es decir, al espacio público.
Nosotras habíamos sido confinadas al espacio doméstico, al espacio privado, al espacio del cuidado y de la atención a las hijas e hijos, de los quehaceres de casa. A ese espacio nos confinaron y construyeron la historia.
“¿Entonces, qué pasa cuando comenzamos a invadir un espacio que no era para nosotras, el espacio público, la calle, las escuelas, el ámbito laboral, el ámbito educativo? ¿Porque tampoco era para nosotras? Pues hay una respuesta de violencia. Esta es la realidad. ¿Y donde se ejercen estas violencias? En el cuerpo de las mujeres”.
Les recomiendo un libro de Jean-Jacques Rousseau llamado Emilio. En él, Emilio se dedica a labores del ejercicio del gobierno, porque tiene alguien en casa que le atienda, le cuide, le haga la comida, le planche, le cuide a los niños, etc. Para eso está Sofía, a quien confinan en un espacio privado y para Emilio está el espacio público.
Pues, es lo que nos ocurrió en la historia, ¿no? Cuando pasan a ocupar el espacio público, las mujeres tienen sus cuerpos convertidos en un campo de batalla. Allí encontramos las explicaciones al acoso sexual, al hostigamiento y a la pregunta “¿Por qué cuando vamos a la calle nos gritan, nos dicen cosas?”. Es una manera de inhibir nuestra presencia en el espacio público, en la calle.
Otro tema es el “derecho a decidir”, son las decisiones de las mujeres sobre su cuerpo, sobre su vida, particularmente respecto al aborto y a la interrupción legal del embarazo.
Las mujeres, de manera individualizada, tienen que tomar esta decisión. ¿Qué le corresponde al Estado? Le toca garantizar que esta decisión sea tomada por la mujer en las mejores condiciones, y que existan los espacios de salud adecuados para que, cuando tome esta decisión, la mujer pueda hacerlo sin riesgos para su vida. ¿Y la sociedad qué tiene que hacer? Pues, respetar esa decisión.
Sin embargo, ocurre exactamente lo contrario: se convierte el tema en un debate público, donde todo mundo opina, todo mundo dice y plantea opiniones y decisiones, cuando las únicas que deberían hacerlo somos las mujeres.
CLADEM actúa en toda la región, para defender los derechos de las mujeres. ¿Cuáles son sus principales focos de acción actualmente?
Guadalupe Ramos Ponce – CLADEM existe hace más de 30 años, y surgió en el marco de la Conferencia de Beijing, donde se encontraron muchas compañeras feministas, abogadas y sociólogas inicialmente, luego de distintas formaciones, que decidieron unirse en una red de mujeres para actuar contra las discriminaciones y desigualdades históricas que sufren las mujeres en la región.
Conferencia de Beijing
La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, marcó un importante punto de inflexión para la agenda mundial de la igualdad de género.
La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada de forma unánime por 189 países, constituye un programa en favor del empoderamiento de la mujer, siendo un documento clave para la política mundial sobre igualdad de género.
El documento establece una serie de objetivos estratégicos y medidas para el progreso de las mujeres y el logro de la igualdad de género en 12 esferas cruciales:
>> La mujer y la pobreza
>> Educación y capacitación de la mujer
>> La mujer y la salud
>> La violencia contra la mujer
>> La mujer y los conflictos armados
>> La mujer y la economía
>> La mujer en el ejercicio del poder y la adopción de decisiones
>> Mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer
>> Los derechos humanos de la mujer
>> La mujer y los medios de difusión
>> La mujer y el medio ambiente
>> La niña
En un primer momento, nos dedicamos a mirar las leyes de la región que resultaban regresivas y opresoras para las mujeres, con el objetivo de utilizar el derecho como una herramienta de cambio.
En ese sentido, hemos llevado litigios estratégicos. Por ejemplo, el caso del campo algodonero en México, en el que se obtuvo una sentencia al Estado por feminicidio, generando jurisprudencia para toda la región de cómo deben investigarse los casos de feminicidio. A partir de casos como este, buscamos generar cambios no solamente normativos, sino también estructurales en la región.
Este 8 de marzo, ¿cuáles son las principales banderas de lucha del movimiento feminista?
Guadalupe Ramos Ponce – Impulsamos la consigna internacional “nosotras paramos”, para hacer un llamado a la consciencia mundial de que, si las mujeres somos más de la mitad de la población y si nosotras paramos, el mundo se para.
Si dejamos de cocinar, de tener sexo, de barrer, trapear, atender a los hijos; si dejamos de ir a la escuela, si dejamos el trabajo en la oficina – es decir, si paramos de hacer lo que hacíamos por un día, en todos los ámbitos, en todos los lugares – seguramente, el mundo se va a parar. Entonces, el llamado es por la huelga feminista, a dejar de hacer lo que estamos haciendo ese día para generar consciencia de que sin nosotras el mundo no sigue.