En entrevista a la CLADE, representantes del Foro por el Derecho a la Educación Pública de Chile hacen un balance de la situación de la educación en el país en el 2018 y presentan sus principales focos de lucha en el 2019
Conversamos con Diego Parra, del Foro por el Derecho a la Educación Pública, red de organizaciones de la sociedad civil que es miembro de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) en Chile. En este diálogo, se aborda el escenario educativo en el país, donde en el 2018 se aprobaron leyes que agradan a los sectores conservadores, como la que fortalece una “industria educativa” y la que criminaliza los conflictos en la escuela, en vez de adoptar medidas pedagógicas para resolverlos de manera pacífica.
Parra señala que los movimientos sociales del país están muy dispersos para combatir los retrocesos, y que una de las metas para el 2019 es reorganizar los grupos de la sociedad civil. “Es necesario encontrar el camino que nos permita construir demandas comunes y acuerdos que nos den claridad ante las falsas reformas y los ajustes y mejoras que la derecha hace al modelo neoliberal en la educación”, afirma.
Lea la entrevista completa:
¿Cuál es el contexto del derecho a la educación en tu país actualmente y cuáles son las expectativas para el 2019?
Al conocer y tratar de entender los anuncios de este gobierno en materia educativa, somos testigos de los intentos por avanzar en políticas reaccionarias y con marcado sello neoliberal. Se aprobó el proyecto Aula Segura que criminaliza el conflicto en la escuela, y surgen otras reformas, anuncios y ajustes que tienen por objetivo dar una señal a los sectores conservadores de la sociedad chilena.
Son ejemplos la nueva ley migratoria, que persigue regular el ingreso, la estadía, la residencia y el egreso de los extranjeros al país, como también su ejercicio de derechos y deberes; y el último proyecto de ley de “Admisión justa”, que busca defender “la libertad de elegir escuelas”, enarbolando las familias a reforzar la competitividad entre centros educativos.
Los partidos de la Nueva Mayoría, coalición política de la ex presidenta Michelle Bachelet, parecen desarticulados y sin una agenda unificada, carentes de moral para enfrentar a las políticas neoliberales que su propio gobierno impulsó. Por otra parte, un importante sector de las organizaciones que integran el Frente Amplio, coalición de la izquierda chilena, parece estar apostando únicamente a lo electoral, a consolidarse como un cuarto bloque de poder electoral, incluso en llegar a una presidencia polarizada, más que en construir oposición con el movimiento social.
El caso del asesinato de Camilo Catrillanca, un joven mapuche que falleció de un disparo en la cabeza en medio de un procedimiento policial, ha mostrado la incapacidad que tiene el actual gobierno parar afrontar los conflictos sociales. El movimiento social sigue de pie, se siguen produciendo estallidos sociales, como el caso de las protestas en Quintero y Puchuncaví y del sindicato de los portuarios en Valparaíso. Pese a que el movimiento popular chileno sigue dividido, desarticulado, sin un Sur común por ahora, no está derrotado. Esperamos para este año un incremento de las movilizaciones, incluso una continuidad del movimiento feminista con un rostro más popular y vinculado con otros movimientos reivindicativos, como de la educación, reforma en las pensiones, frentes de trabajadores/as, pobladoras y pobladores, ambientalistas, movimiento feminista, etc.
¿En este contexto, cómo los movimientos que defienden el derecho a la educación están reaccionando?
En cuanto al Movimiento Social por la Educación, también está atomizado, cada uno en su metro cuadrado debatiendo parceladamente el sistema educativo, mientras el neoliberalismo hace de las suyas con nuestras escuelas.
Mientras el movimiento -atomizado y desarticulado- reacciona ante cada anuncio y/o proyecto (sin lograr avance alguno), el sistema de subsidio a la oferta educativa privada se extiende a todo el sistema, incluyendo la educación superior (gratuidad y lógica de becas) y la Educación Parvularia (Ley de Equidad en Educación Parvularia). Asimismo, el negocio en la alimentación, los textos escolares y otros servicios asociados a la educación pública continúa sin freno. Es decir, el movimiento social se ha visto entrampado en críticas acotadas a temas específicos de estas reformas y proyectos de ley, no logrando articular una propuesta global que supere el actual sistema educativo.
Sin un proyecto o líneas programáticas que nos aúnen, nos quedamos inmovilizados o coaccionados a defender los supuestos “avances” hechos por los gobiernos de la Nueva Mayoría. ¿Qué hacer entonces ante esta encrucijada?
¿Cuál es el plan del Foro para enfrentar esta dispersión del movimiento social, oponiéndose a dichas reformas y leyes?
Como Foro, no vamos a salir a defender en el debate legislativo los espurios “avances” que supuestamente hicieron los gobiernos Concertación y Nueva Mayoría, y sí persistiremos en generar espacios de convergencia entre actores educativos, por el real fortalecimiento y defensa de la educación pública. Es necesario encontrar el camino que nos permita construir demandas comunes y acuerdos que nos den claridad ante las falsas reformas de la Nueva Mayoría y los ajustes y mejoras que la derecha hace al modelo neoliberal en educación.
Creemos que una educación pública como derecho es totalmente contradictoria con una “industria educativa” que, como dice Piñera [Sebastián Piñera, presidente de Chile], considere la educación como bien de consumo, servicio o mercancía. La educación es un derecho. En consecuencia, consideramos necesario oponernos a cualquier forma de privatización de la educación pública y, además en avanzar en líneas programáticas mínimas, que nos permitan luchar por la construcción de una educación pública verdaderamente transformadora.
Ninguno de los actores educativos presentes en el Foro por el Derecho a la Educación Pública, podemos resolver solos estos desafíos. Debemos unirnos, trabajar en conjunto y convocar a un proceso de trabajo y reflexión que acompañe la movilización social con la construcción de propuestas y demandas comunes, que nos orienten, y nos hagan un solo cuerpo en la lucha por una educación pública para la transformación social.
¿Cuáles serán las actividades o ejes de acción prioritarios del Foro este año?
Seguiremos con espacios de formación hacia el movimiento social por la educación, no sólo en la Región Metropolitana, para bajar a las bases. Internamente, planeamos fortalecer nuestra asamblea como espacio de encuentro y debate entre actores y sus bases.
Además, difundiremos las propuestas realizadas en la mesa de investigación del Foro, utilizando las herramientas que tenemos: página web y redes sociales. Realizaremos una ofensiva hacia los medios para que nos den un espacio permanente.
Sentimos también la necesidad de generar una definición,operativa y amplia, sobre qué entendemos por educación pública. Es algo estratégico para que podamos luchar por esto. En este sentido, sistematizaremos experiencias para constituir un Nuevo Sistema de Educación Pública, público, comunitario, pluridiverso e inclusivo.
Por fin, planeamos fortalecer la relación y el apoyo entre organizaciones y actores educativos, para que podamos no sólo responder a la coyuntura, pero aglutinarnos en la lucha. En este sentido, deseamos ser una entidad de interpelación, para participar y presionar en la Iniciativa Popular de Ley para cambiar el sistema de pensiones en Chile.