Urge que la voz juvenil sea escuchada
11 de agosto de 2020
Por: Jesús Juárez Reyes, coordinador de la Campaña por el Derecho a la Educación en México (CADEM)
En su artículo, Jesús Juárez Reyes, coordinador de la Campaña por el Derecho a la Educación en México (CADEM), analiza la importancia de los encuentros estudiantiles realizados en su país y hace un llamado para la participación de la juventud en los Encuentros Latinoamericanos Estudiantiles
En el año de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 12 de agosto, como el Día Internacional de la Juventud. La celebración busca, entre otras cosas, generar un espacio de concientización sobre los desafíos y problemas que la juventud enfrenta. En América Latina se han realizado distintos esfuerzos para darle voz a las juventudes, especialmente en el tema del derecho humano a la educación. Sin embargo, aún falta mucho para que éstas sean verdaderamente tomadas en cuenta y se concreten las políticas públicas pertinentes de asequibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad en los sistemas educativos.
En el pasado mes de junio, en México, se realizaron dos encuentros nacionales estudiantiles en el que las juventudes del país expresaron sus sentipensares en torno al derecho humano a la educación en el contexto de la pandemia. En los encuentros quedó clara su inconformidad hacia el adulto centrismo y su demanda para que el gobierno genere más espacios para la expresión juvenil que implique participación activa en la toma de decisiones que les afectan. Entre otras cosas, la juventud está en contra de la corrupción, la tecnocracia y la desigualdad educativa y su perspectiva de juventudes implica una perspectiva de derechos humanos, de género, intercultural y a favor del medio ambiente.
La juventud no solo hace eco creativo de sus indignaciones, dolores e inconformidades en los pocos espacios juveniles, sino que además propone críticamente praxis concretas para transformar las políticas públicas para garantizar el derecho humano a la educación. De tal manera, que en el diálogo intergeneracional, nos va quedando claro que deben existir espacios específicamente juveniles con el cobijo y el acuerpamiento de generaciones adultas. Con su palabra, nos queda la impronta de estar siempre pendientes de tomar en cuenta las múltiples diversidades.
“El trabajo colaborativo está permitiendo retomar las distintas metodologías que en los países se han llevado a cabo para que en los debates de juventudes estén siempre presentes las personas de quienes se hablan y para que, con su fuerza y dinamismo, se impulse una educación liberadora para nuestros pueblos históricamente golpeados por las injusticias y, a raíz de ellas, tremendamente golpeados por la reciente pandemia”.
En el tenor de estas inquietudes compartidas, foros y coaliciones nacionales que defendemos el derecho humano a la educación convocamos al ciclo de encuentros latinoamericanos estudiantiles con la participación de jóvenes de México, Argentina, Chile, Bolivia, Colombia, Perú, Paraguay y Centroamérica, para potenciar un movimiento estudiantil latinoamericano con la batuta de las mismas juventudes y el apoyo cercano de cada uno de los foros.
El trabajo colaborativo está permitiendo retomar las distintas metodologías que en los países se han llevado a cabo para que en los debates de juventudes estén siempre presentes las personas de quienes se hablan y para que, con su fuerza y dinamismo, se impulse una educación liberadora para nuestros pueblos históricamente golpeados por las injusticias y, a raíz de ellas, tremendamente golpeados por la reciente pandemia.
El primero de los encuentros, coordinado en esta ocasión por México y Argentina, se llevará a cabo el próximo 12 de agosto a las 12:00 (horario de México -GMT-5) y será transmitido en las diversas plataformas de las redes sociales de los foros nacionales, pero especialmente desde el Facebook y youtube de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE). Será un momento histórico imperdible para todas aquellas personas que tienen la función pública de garantizar una educación justa e igualitaria, y un momento para repensarnos quienes seguimos con la esperanza viva en la transformación educativa desde y para nuestros pueblos.
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