173 sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, entre ellas la CLADE, firmaron una carta abierta al Banco Mundial y a sus donantes, instando para que retiren su apoyo financiero a la educación privada y aseguren que sus fondos se destinen a fortalecer la educación pública, gratuita y de calidad. Representantes de 63 países también se posicionan por la defensa de una educación de calidad para todas y todos, sin discriminación de ningún tipo.
La carta resalta que la educación es un elemento esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “Cuando la educación es gratuita, pública y de buena calidad, erradica la pobreza, disminuye la desigualdad económica y de género, forma ciudadanos activos, protege las comunidades y el medio ambiente, y promueve sociedades inclusivas y estables”, afirma la carta.
Las organizaciones destacan, así mismo, que persisten brechas inaceptables en el mundo, en lo que se refiere al campo educativo: niñas/os en zonas de conflicto, personas con discapacidades, refugiadas, LGBTI y con menos ingresos aún enfrentan grandes retos en relación al acceso escolar y a la calidad de la educación que reciben.
“En vez de responder con mayores inversiones en educación pública, a través de impuestos progresivos, algunos países han permitido que se expandan los proveedores de educación privada, creyendo que esta es una ruta más rápida y económica para proporcionar una educación de calidad. Sin embargo, estudios apuntan que la financiación pública de la educación privada profundiza las desigualdades y no produce un aprendizaje de calidad. En particular, las escuelas privadas y con fines de lucro a menudo contratan docentes sin la formación necesaria y mal pagadas/os para ahorrar costos; tienen poca transparencia y responsabilidad, y no cumplen importantes leyes y regulaciones educativas, lo que socava la capacidad de un país para garantizar que sus estándares educativos se apliquen por igual para todas y todos”, afirman en la carta.
Pese a este escenario, actualmente donantes dedican sus fondos para impulsar la educación privada en países de bajos ingresos, incluido el Banco Mundial. Si bien la mayor parte de sus recursos se destina a apoyar la provisión de educación pública, el Banco también financia alianzas público-privadas (APP) en educación, a través de su Asociación Internacional de Fomento (IDA, por su acrónimo en inglés). Además, asesora activamente a los países para que establezcan APP y adopten reformas que reduzcan sus regulaciones e incentiven el crecimiento de los mercados educativos privados.
“De cara al proceso de reposición de recursos de la IDA que está en curso y definirá el destino de su financiamiento para los años fiscales 2021-2023, hacemos un llamado a las y los donantes y al Banco Mundial para que tomen una posición clara en apoyo de la educación gratuita y pública, y contra el uso de la ayuda financiera al desarrollo para financiar la educación con fines de lucro”, señalan las organizaciones.
>> Lea la carta abierta aquí [en inglés]