Durante las sesiones paralelas del viernes 13 de septiembre, Mercedes Mayol Lassalle, Vicepresidenta Regional para América Latina y presidenta mundial electa de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP), participó de la mesa redonda “Fomentando asociaciones para la inclusión, el aprendizaje y el desarrollo de la primera infancia”. El diálogo formó parte en el programa del “Foro internacional de la UNESCO sobre inclusión y equidad en la educación”, realizado del 11 al 13 de septiembre en Cali, Colombia.
“En América Latina, ¿se está ofreciendo una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos los niños y niñas en la primera infancia?”
La mesa mencionada fue coordinada por Dragana Sretenov de Open Society Foundations, y contó con la presencia de Carmen Dionne, de la Universidad de Québec à Trois‐Rivières (Canadá); Natalia Soffi, Directora de la ONG Step by Step (Ucrania); y Ekaterine Dgebuadze, del Ministerio de Educación, Ciencia, Cultura y Deporte (Georgia), al lado de Mercedes Mayol Lassalle.
La intervención de la Vicepresidenta Regional para América Latina de OMEP partió del siguiente interrogante: “En América Latina, ¿se está ofreciendo una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos los niños y niñas en la primera infancia?”. En este punto, se buscó interpelar no solamente en lo que toca a la discapacidad, sino también por los niños y niñas que crecen en la pobreza, con violencias, en situación de migración o siendo desplazados, encarcelados; los afectados por el cambio climático, la contaminación, la degradación ambiental y el aumento de la frecuencia de los desastres provocados por el hombre; aquellos que sufren racismo, xenofobia y discriminación de género, explotación sexual o laboral.
Desde la OMEP, se afirmó que:
- Existe una firme relación entre la Agenda 2030 y el marco legal de los Derechos Humanos – Declaración Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales, lo que incluye a la Convención sobre los Derechos del Niño y todas su Observaciones Generales. Por lo tanto, los derechos humanos son esenciales para alcanzar el desarrollo sostenible y sus principios y estándares se encuentran ahora firmemente reflejados en un nuevo y ambicioso marco de desarrollo mundial, con claro Objetivo de no dejar a nadie atrás, bajo el imperativo de igualdad y no discriminación. Los Estados están obligados a respetar y proteger, y realizar para todos los niños y niñas , todos los derechos humanos.
- La Primera Infancia abarca el período comprendido desde el nacimiento hasta los 8 años, y los Estados Parte deberán reconsiderar sus obligaciones hacia los niños y niñas pequeños a la luz de esta definición, como sostiene la Observación General N.º 7 del Comité de los Derechos del Niño de la ONU. Se trata de una etapa de central importancia, donde se forman las bases de la estructura física, psíquica, cognitiva y social, existen riesgos para la supervivencia y el desarrollo, pero que contiene grandes posibilidades. Por ello son fundamentales: la creación de contextos adecuados para un sano desarrollo, los cuidados sensibles y respondientes, y una “buena educación”.
- Los niños y niñas pequeños son portadores de todos los derechos humanos. Son ciudadanos y sus derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes, y deben ser garantizados desde el nacimiento.
- La educación es un derecho humano fundamental de toda persona y la base para la realización de otros derechos.
- No es posible cuidar sin educar, ni educar sin cuidar, son prácticas sociales inseparables y necesarias para el desarrollo pleno del sujeto humano. En la Meta 4.2 del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de número 4, referido a la educación, los Estados se comprometieron a asegurar que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a la atención y al desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad, a fin de que estén preparadas y preparados para la enseñanza primaria.
- El cuidado y la educación en la primera infancia impulsan el desarrollo personal y social gracias a la alfabetización cultural. Por eso son tan importantes el juego, las actividades recreativas, la vida cultural y las artes. Mediante la atención y educación de la primera infancia (AEPI) se debe inculcar a los niños y las niñas valores de paz -comprensión- no discriminación y relación armoniosa con la naturaleza, los principios consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño.
Durante su participación, Mercedes Mayol Lassalle analizó la situación en América Latina y el Caribe: ¿qué es lo que está funcionando como obstáculo para la inclusión en la educación de la primera infancia en la región?, ¿cuáles son los obstáculos en los marcos legales?, ¿cuáles son los obstáculos vinculados a las políticas públicas?, ¿cuáles serían las cualidades de una política pública dirigida a garantizar el derecho a una educación inclusiva y de calidad?
Perspectivas desde América Latina y el Caribe
Según estudio regional, realizado en conjunto por CLADE, EDUCO y OMEP (lanzado en el 2018), sobre la situación del derecho a la educación y al cuidado de la primera infancia en la región, se ha constatado que el primer obstáculo tiene que ver con la desatención de ciertas condiciones irrenunciables que están relacionadas con el derecho a la educación. Katarina Tomasevski, ex directora general de la UNESCO, definió esas condiciones como la disponibilidad, asequibilidad (adaptabilidad), accesibilidad, aceptabilidad y calidad de la educación a lo largo de la vida.
En cuanto a las políticas públicas de AEPI, hay una fragmentación por edad, por lo que la niñez de 4 a 8 años está, de manera prioritaria, bajo la responsabilidad del sector educación, mientras que los niños y niñas desde el nacimiento a los 3 años, son atendidos/as por las áreas de protección social, o no son comprendidos dentro de políticas de gobierno, lo que lleva a un vacío en la provisión de la atención de sus derechos. La falta de protagonismo de los Estados impulsa el desarrollo de programas comunitarios y/o del sector privado con fines de lucro, lo que incrementa la estratificación y las desigualdades en el acceso y la educación de calidad basada en las condiciones económicas.
Las cualidades de una política pública dirigida a garantizar el derecho a una educación inclusiva y de calidad deberían ser aquellas que contemplen los siguientes principios: universalidad, progresividad, enfoque integral, variedad de formatos programáticos e institucionales, calidad entendida como construcción de sentidos: a nivel de la política pública, del sistema y de la práctica de las educadoras y los educadores, enfoque multi e intersectorial y financiamiento sostenible.
Resumiendo, Mercedes Mayol Lassalle destacó en su presentación que:
- Los marcos legales y las políticas públicas para la AEPI deben responder al enfoque de derechos humanos promovido por la Convención sobre los Derechos del Niño.
- Con el fin de eliminar las barreras que impiden la inclusión, la educación en la primera infancia debe estar plenamente disponible y accesible a todos los niños y las niñas desde el nacimiento, sin discriminaciones, siendo crucial que se fortalezcan los mecanismos de justicia, que aseguren protección y reparación de derechos vulnerados.
- La calidad es una dimensión central para la realización del derecho a la educación en la primera infancia y debe asegurarse desde un enfoque “educare”. Este término fue establecido por el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, el cual reconoce “que las divisiones tradicionales entre servicios de “cuidado” y “educación” no siempre han redundado en el interés superior del niño, de manera que el concepto de “educare” se usa en algunas ocasiones para indicar la evolución hacia servicios integrados de AEPI, que refuercen un enfoque coordinado, integral y multisectorial de la primera infancia.
- El financiamiento para la AEPI debe estar previsto y asegurado en los presupuestos públicos.