El 15 de julio, tuvo lugar en el marco del Foro Político de Alto Nivel de la ONU, que se enfocó en revisar el ODS 4, referido a la educación, entre otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una mesa de diálogos de alto nivel, con el tema “Financiando los ODS: Moviéndose de las palabras a la acción”.
“La implementación de la Agenda 2030 requiere reformular políticas públicas y sistemas financieros en los países, para garantizar inversión sostenible en los Objetivos, movilización de recursos domésticos y contención de flujos financieros ilícitos”. Este fue el mensaje central de la sesión, en la cual participaron el Ministro de Desarrollo Internacional de Noruega, Dag-Inge Ulstein, y Vera Songwe, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica de Naciones Unidas para África, entre otras personas representantes de gobiernos, fondos de inversión y bancos. Courtenay Rattray, representante permanente de Jamaica en Naciones Unidas, moderó el diálogo.
Para introducir el debate, la representante de la División de Estadísticas del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (UNDESA), Yongyi Min, presentó algunos datos sobre el financiamiento de la Agenda 2030. Señaló la reducción de recursos de la cooperación internacional para el desarrollo en los últimos tres años, y la necesidad de ampliar la inversión en la producción de datos y estadísticas sobre el cumplimiento de los ODS a nivel nacional.
En su intervención, el Ministro de Desarrollo Internacional de Noruega destacó la cooperación de su país con Nigeria, Zambia, Tanzania y otros Estados de África, para impulsar políticas de justicia tributaria y combatir los flujos financieros ilícitos y la corrupción, como forma de movilizar recursos domésticos para el cumplimiento de la Agenda 2030.
“La reducción de la pobreza y la desigualdad es el objetivo clave del desarrollo en Noruega. ¿Cómo los sistemas tributarios pueden facilitar la superación de estas problemáticas? En primer lugar, respecto a la forma como los tributos son recabados y a la composición de la base tributaria; en segundo lugar, por el efecto de la inversión pública en distintos niveles. La recaudación de impuestos podría aumentar del 3 al 5% del Producto Interno Bruto (PIB) en muchos países”, afirmó.
Señaló, asimismo, la importancia de la sociedad civil para presionar por la transparencia y la rendición de cuentas de los Estados, y exhortó a la comunidad internacional, agencias financieras y Estados por el establecimiento de alianzas multilaterales y acciones firmes en el sentido de asegurar los recursos necesarios para la realización de la Agenda 2030, invirtiendo en las personas, lugares y temas que más demanden este apoyo.
A su vez, Vera Songwe, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica de Naciones Unidas para África, destacó como un reto principal a tener en cuenta el hecho de que los países desarrollados son los que hoy más invierten en el cumplimiento de la Agenda de Desarrollo 2030, mientras que los países con menos ingresos están lejos de destinar los recursos suficientes. Añadió que gran parte de los recursos domésticos que se invierten en el desarrollo sostenible por los países más ricos viene de la recaudación de impuestos.
“En América Latina y el Caribe se necesita 1.5 billones de dólares, y en África se requiere 1.2 billones de dólares más para cerrar la brecha de inversiones en el desarrollo. Es donde se hace fundamental abordar la problemática de los flujos financieros ilícitos. En muchos de estos países, para cada dólar adquirido como ingreso, 2.5 dólares salen de estos Estados ilegalmente”, subrayó.
Añadió que un informe elaborado por la Comisión Económica de Naciones Unidas para África, en ámbito continental, ha demostrado que mejorando los sistemas tributarios es posible aumentar la movilización de recursos domésticos del 12 al 15%, resultando en 200 millones de dólares más en recursos que podrían invertirse en el desarrollo sostenible. Citó también datos de un informe de la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL), según el cual cerca del 6.3% del Producto Interno Bruto (PIB) regional – 335 mil millones de dólares – se pierden por flujos financieros ilícitos. Señaló que se pierden de esta misma manera otros 90 mil millones de dólares en África.
“Necesitamos cooperación multilateral hacia la justicia tributaria, la mejora de la transparencia, y en el sentido de estandarizar procesos para responsabilizar las empresas a pagar lo justo en tributos, y además mejorar el intercambio de informaciones entre países, sobre los flujos financieros, de manera a ampliar la movilización de recursos domésticos y garantizar que estos se inviertan en los países donde son generados”, concluyó.
El financiamiento educativo y las desigualdades
En el primer día de debates sobre la revisión de los ODS en la ONU (9 de julio), Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, señaló que, para el cumplimiento de los ODS en América Latina y el Caribe, se destacan como principales barreras: las desigualdades sociales y las asimetrías comerciales y en el acceso a tecnologías. Para responder a estos retos, destacó que es fundamental mejorar las políticas fiscales en los países. “Estamos evaluando en alianza con Estados y partes interesadas, hasta qué puntos los ODS están siendo integrados a los planes y presupuestos nacionales, y en qué medida los modelos de desarrollo están cambiando. En nuestra región, necesitamos crecer económicamente, pero a la vez reduciendo las desigualdades por lo menos a la mitad”.
A su vez, Stephen Chacha, cofundador del Laboratorio de Datos de Tanzania, de la Fundación Filantrópica de África, señaló que, aunque se ha avanzado en África, con 21 países pasando de medios a altos niveles de desarrollo humano, persisten graves brechas de pobreza y acceso a la educación, salud y servicios económicos, con alta desigualdad, conflictos y cambios climáticos como fuertes desafíos para alcanzar el desarrollo sostenible.
“Necesitamos garantizar más inversiones para los ODS y tener el financiamiento adecuado de la educación, la salud y la protección de los grupos marginalizados. Sistemas tributarios progresivos, y el combate a la corrupción y a los flujos financieros ilícitos son elementos fundamentales para movilizar los recursos necesarios. Asimismo, se necesita transferencia técnica entre los países”, afirmó.
En la apertura del debate, Lucas Chancel, coordinador del Informe Global sobre Desigualdad de 2018, demostró con datos que, en el período del 1980 al 2016, se avanzó mucho en el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, pero se retrocedió en relación a las desigualdades. “Las estadísticas muestran que las sociedades más ricas son menos capaces de invertir en la solución de los problemas del futuro y para avanzar hacia el desarrollo sostenible”, afirmó.
Añadió que uno de los desafíos para superar esta situación es la justicia tributaria. “Los tributos son una herramienta comprobada para limitar la concentración de renta. Es necesario invertir en educación, salud y medidas para enfrentar los cambios climáticos. La desigualdad extrema está en el corazón de padrones de desarrollo no sostenibles. Enfrentar la desigualdad extrema es clave para eliminar la pobreza, y para ello necesitamos poner fin a la opacidad financiera y corregir nuestro sistema tributario global”.