Organizaciones y movimientos sociales denuncian retrocesos en la III Conferencia Internacional de Desarrollo

7 de agosto de 2015

Se lamenta que la Agenda de Acción aprobada al final del evento favorezca al sector privado, indicándolo como la principal fuente de recursos para el desarrollo, sin responder a las causas de las crisis financieras y a los desafíos del flujo ilícito de recursos y de la injusticia tributaria

Se realizó en Addis Abeba (Etiopía), del 13 al 16 de julio, la III Conferencia Internacional sobre Financiación del Desarrollo, donde representantes de 193 Estados Miembros de la ONU se reunieron con miras a firmar un acuerdo que garantice recursos para la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales se aprobarán el próximo mes de septiembre en Nueva York y deberán cumplirse hasta el 2030.

En un comunicado, organizaciones y movimientos sociales de Brasil han criticado el resultado de la Conferencia, afirmando que la Agenda de Acción aprobada al final del evento favorece al sector privado, indicándolo como la supuesta principal fuente de recursos para el desarrollo, a partir de Alianzas Público-Privadas. Asimismo, destacan que la agenda aprobada no incluye las propuestas y los aportes de la sociedad civil compartidas/os en los meses anteriores al encuentro mediante diversas consultas, sino que refleja negociaciones centralizadas en el Secretariado de la Conferencia, sin transparencia, ni diálogo, manifestando la hegemonía de países como EUA, Unión Europea, Japón, Canadá y Australia, fortalecidos por las posiciones de representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Además, destacan como otro retroceso el énfasis dado a la movilización de recursos domésticos para el desarrollo nacional y al aumento de la cooperación sur-sur, mientras que, respecto a la Ayuda Oficial para el Desarrollo, no se establece ningún compromiso con el alcance de la meta del 0,7% del Producto Interno Bruto (PIB) para los países donantes. Como pequeños avances, se celebra la creación del mecanismo de facilitación de la tecnología para la cooperación al desarrollo, la aprobación de un instrumento de seguimiento de la Conferencia y el esfuerzo por valorar las inversiones en equidad de género y el empoderamiento de la mujer en el proceso económico.

El Grupo Mayor de Mujeres de la ONU (Women Major Group) igualmente expresó su decepción con los resultados de la Conferencia, pues no se abordan los desequilibrios sistémicos del sistema financiero global, ni se avanza en la construcción de un nuevo paradigma para la financiación del desarrollo y la gobernanza económica democrática, incluyendo un cuestionamiento del papel del Fondo Monetario Internacional antes y después de la crisis. Asimismo, destacan el fracaso de la Conferencia en su rol de regular el papel del sector privado en la financiación para el desarrollo a través de marcos vinculantes que obliguen a la alineación de sus acciones con los derechos humanos y con los objetivos de desarrollo sostenible, garantizando la rendición de cuentas y la sanción por eventuales violaciones de los derechos humanos y la igualdad de género.

“Las mujeres siguen actuando como amortiguadores y estabilizadores durante las crisis financieras, incluso mediante el aumento de su carga de trabajo no remunerado”, afirma el Grupo Mayor de Mujeres de la ONU [lea aquí su respuesta completa – en inglés].

Según el representante de la Campaña Mundial por la Educación (CME) en la conferencia, Tanvir Muntasim, de ActionAid International, las delegaciones presentes en el evento perdieron la oportunidad de firmar un compromiso innovador con medidas concretas para abordar la desigualdad sistémica. Afirma que los discursos oficiales, además de ignorar las demandas de la sociedad civil, no ofrecieron ninguna contribución que mejorara el discurso sobre el desarrollo en curso. “Los países están perdiendo una cantidad increíble de recursos a través de los flujos financieros ilícitos, evasión de impuestos y otros métodos sucios practicados en su mayoría por empresas multinacionales. Ellas explotan los vacíos de las políticas fiscales internacionales y quitan recursos que podrían invertirse para fortalecer los servicios públicos como la educación – la contratación y la formación de más docentes, mejor infraestructura escolar y otros insumos de calidad”, explica.

Tanvir también lamentó el énfasis que se dio al rol del sector privado en la financiación de la nueva agenda de desarrollo, y subrayó que es una contradicción pensar que las empresas que buscan lucro en el más corto plazo invertirán en la realización de los derechos humanos. Sobre el párrafo del documento final de la Conferencia dedicado a la educación destacó que se hace un resumen de los compromisos de desarrollo anteriores, pero sin mencionar la educación de personas adultas, mientras existen actualmente casi 800 millones de adultas/os que no saben leer ni escribir en el mundo. “Tampoco hay referencia específica a la financiación de los servicios públicos; más bien se hace una retórica muy suave sobre cómo “animar” a los Estados a que “consideren” el establecimiento de objetivos de gastos correspondientes”, añadió [lea aquí el comentario completo de Muntasim sobre el encuentro – en inglés].

En su análisis sobre los resultados de la conferencia, el Consejo Internacional para la Educación de Personas Adultas (ICAE, por su acrónimo en inglés) también reforzó que es un retroceso la ausencia del aprendizaje a lo largo de la vida en el documento final del encuentro, cuyo contenido reduce la agenda de la educación al aumento del número de niñas y niños en la escuela. “En la capital política del continente africano, la alfabetización fue retirada del orden del día”, dice el comunicado, destacando el error de no considerarse la educación de personas adultas, la educación no formal, permanente y a lo largo de la vida, ni el aprendizaje histórico y auto-organizado [léalo aquí – en inglés].