'Oligarquía académica': Cómo 6 compañías controlan las publicaciones científicas del mundo
19 de agosto de 2015
ACS, Reed-Elsevier, Springer, Wiley-Blackwell, Taylor & Francis, y Sage constituyen un ‘oligopolio editorial’, según estudio de la Universidad de Montreal, Canadá
Fuente: RT
El flujo de la ciencia en la era moderna es controlada en gran parte por sólo seis grupos editoriales corporativos desde la década de 1970. Un reciente estudio revela que esta consolidación masiva en el poder de la publicación mundial, sesga en gran medida el progreso científico. Además, cuestiona el valor añadido real de las mismas en la actual era digital.
Fuente: RT
El flujo de la ciencia en la era moderna es controlada en gran parte por sólo seis grupos editoriales corporativos desde la década de 1970. Un reciente estudio revela que esta consolidación masiva en el poder de la publicación mundial, sesga en gran medida el progreso científico. Además, cuestiona el valor añadido real de las mismas en la actual era digital.
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá) revela que las seis mayores editoriales de investigación del mundo (ACS, Reed-Elsevier, Springer, Wiley-Blackwell, Taylor & Francis, y Sage) han tomado el control de las publicaciones mundiales de artículos académicos desde la década de 1970. Así, muestra cómo multitud de pequeñas editoriales han sido absorbidas por este ‘oligopolio editorial’ y la situación de numerosos grupos de investigación académicos que se han endeudado por los intereses del mismo, informa el portal Waking Times.
Para ello, los investigadores analizaron todos los artículos científicos indexados en la web de la base de datos publicados entre los años 1973 y 2013 y el perfil e historial de las fusiones y adquisiciones de las compañías editoriales.
¿Dónde hay un mayor control?
“Mirando más de cerca las diversas disciplinas de investigación, hemos observado que algunas de las mismas han escapado al control de las grandes editoriales”, sostiene Vicente Larivière, autor principal de la investigación. Así, los campos más controlados por esta oligarquía académica incluyen los relacionados con la química, la psicología y las ciencias sociales, estando la investigación biomédica, la física y las humanidades influidos en un grado mucho menor.
Según el estudio, esto sugiere que ciertas disciplinas se han vuelto más corruptas que otras, ya que han sido absorbidas por el ‘pliegue’ de publicación corporativa. El contenido, aunque a menudo sesgado, es altamente rentable para estas grandes editoriales que no sólo no tienen que pagar por los artículos que publican, sino que cuentan con márgenes de beneficio del 40%.
Publicar en una de las revistas de las ‘seis grandes’ no agrega valor
No existe una diferencia clara en cuanto al alcance de un artículo publicado en una revista corporativa de las seis grandes editoriales ni en la cantidad de citas que se realizan del mismo. “Nuestro estudio demuestra que no hay un aumento claro en términos de citas después de cambiar de un editor pequeño a otro grande”, afirma Larivière.
“Si bien es cierto que los editores históricamente han desempeñado un papel vital en la difusión del conocimiento científico en la era de la impresión, es cuestionable si siguen siendo necesarios en la era digital actual”, sentencia.
¿Primavera académica?
La investigación destaca que la comunidad científica ha comenzado a protestar contra las agresivas prácticas de las principales editoriales, citando como ejemplo la campaña “El costo del conocimiento”, iniciada en 2012, que anima a los investigadores a boicotear a Elsevier, dejando de participar en calidad de autores, editores y revisores de sus revistas. A esta acción, posteriormente conocida como la ‘primavera académica’, se unieron también reconocidas universidades mundiales.
“Siempre y cuando la publicación en revistas de alto factor de impacto sea un requisito para que los investigadores obtengan posiciones, financiación en la investigación y reconocimiento de sus pares, los principales editores comerciales mantendrán su posición en el sistema de publicación académica”, indica Larivière.
Para ello, los investigadores analizaron todos los artículos científicos indexados en la web de la base de datos publicados entre los años 1973 y 2013 y el perfil e historial de las fusiones y adquisiciones de las compañías editoriales.
¿Dónde hay un mayor control?
“Mirando más de cerca las diversas disciplinas de investigación, hemos observado que algunas de las mismas han escapado al control de las grandes editoriales”, sostiene Vicente Larivière, autor principal de la investigación. Así, los campos más controlados por esta oligarquía académica incluyen los relacionados con la química, la psicología y las ciencias sociales, estando la investigación biomédica, la física y las humanidades influidos en un grado mucho menor.
Según el estudio, esto sugiere que ciertas disciplinas se han vuelto más corruptas que otras, ya que han sido absorbidas por el ‘pliegue’ de publicación corporativa. El contenido, aunque a menudo sesgado, es altamente rentable para estas grandes editoriales que no sólo no tienen que pagar por los artículos que publican, sino que cuentan con márgenes de beneficio del 40%.
Publicar en una de las revistas de las ‘seis grandes’ no agrega valor
No existe una diferencia clara en cuanto al alcance de un artículo publicado en una revista corporativa de las seis grandes editoriales ni en la cantidad de citas que se realizan del mismo. “Nuestro estudio demuestra que no hay un aumento claro en términos de citas después de cambiar de un editor pequeño a otro grande”, afirma Larivière.
“Si bien es cierto que los editores históricamente han desempeñado un papel vital en la difusión del conocimiento científico en la era de la impresión, es cuestionable si siguen siendo necesarios en la era digital actual”, sentencia.
¿Primavera académica?
La investigación destaca que la comunidad científica ha comenzado a protestar contra las agresivas prácticas de las principales editoriales, citando como ejemplo la campaña “El costo del conocimiento”, iniciada en 2012, que anima a los investigadores a boicotear a Elsevier, dejando de participar en calidad de autores, editores y revisores de sus revistas. A esta acción, posteriormente conocida como la ‘primavera académica’, se unieron también reconocidas universidades mundiales.
“Siempre y cuando la publicación en revistas de alto factor de impacto sea un requisito para que los investigadores obtengan posiciones, financiación en la investigación y reconocimiento de sus pares, los principales editores comerciales mantendrán su posición en el sistema de publicación académica”, indica Larivière.