Ola conservadora: Género, educación y censura en Brasil
10 de septiembre de 2019
Por: Thais Iervolino
La educación brasileña ha sido objeto de medidas conservadoras y fundamentalistas de gobernantes que buscan sacarle su rol más importante: el desarrollo del pensamiento crítico y la promoción de emancipación e igualdad
En los últimos días, la educación brasileña se ha enfrentado a nuevas manifestaciones de censura al libre pensamiento y a la diversidad en los espacios educativos.
Durante la “Bienal do Livro”, evento y feria de promoción a la literatura realizado del 30 de agosto al 8 de septiembre en Rio de Janeiro, el alcalde de la ciudad, Marcelo Crivella, ordenó que se retiraran del evento ejemplares del libro “Vengadores, la cruzada de niñas y niños” (traducción libre de “Vingadores, a cruzada das crianças”). El motivo: la publicación contiene una ilustración que representa un beso entre dos hombres. De autoría de Allan Heinberg y Jim Cheng, la obra presenta el equipo de los “Jóvenes Vengadores”, figurando entre ellos los personajes Wiccano y Hulkling, que son novios. La orden de censura del alcalde incluyó también otros libros, que tratan temas relacionados a género y sexualidad, y fueron considerados “impropios” por la municipalidad.
Fueron necesarios 3 días de amplia presión de la sociedad civil y organizaciones y movimientos sociales, para que la Justicia brasileña se manifestara contra las medidas de censura por parte del gobierno de la ciudad de Rio de Janeiro. En un fallo contrario a la acción de Crivella, el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Dias Toffoli, afirmó que: “el régimen democrático presupone un ambiente libre de tráfego de ideas, en el cual todos tengan derecho a la voz. De hecho, la democracia solamente se sostiene y mejora en un ambiente en que diferentes convicciones y visiones de mundo puedan ser expuestas, defendidas y confrontadas, en un debate rico, plural y resolutivo”.
La clara manifestación de homofobia y censura por parte de la alcaldía de Rio de Janeiro se enmarca en un contexto político y social de ascensión del conservadurismo y de la influencia de grupos confesionales fundamentalistas en el debate y las decisiones sobre las políticas públicas en el país, a distintos niveles, desde las localidades hasta el gobierno nacional, donde representa esta tendencia la gestión de Jair Bolsonaro, fuertemente apoyado por líderes evangélicos. A su vez, antes de que fuera electo alcalde, Marcelo Crivella actuaba como pastor de la Iglesia Universal.
Origen del término ‘ideología de género’
Esta ola conservadora de base confesional fundamentalista no se restringe al contexto brasileño: más de 50 países del mundo presentan movimientos similares, que en base al argumento de que se oponen a la “ideología de género”, buscan impedir el diálogo sobre igualdad de género, sexualidad y la pluralidad de ideas y debates políticos en las escuelas y otros espacios de la sociedad.
Personas que estudian el tema están de acuerdo en que el término “ideología de género”, con sus flexiones, es una invención católica, cuya configuración y emergencia tuvo lugar entre mitad de los años 1990 y el inicio de la década siguiente, resultado de articulaciones entre episcopados, asociaciones pro-vida y pro-familia, y otros sectores conservadores de la sociedad.
Frente a las discusiones y avances para la igualdad de género que se anunciaban de cara a la Conferencia Internacional sobre Población de Cairo (ONU, 1994) y la Conferencia Mundial sobre las Mujeres en Beijing (ONU, 1995), el Vaticano convocó a “especialistas” para poner en marcha una contra-ofensiva y reafirmar la doctrina católica y la naturalización del orden social y moral patriarcal y heteronormativo, contra la lucha por el reconocimiento de la igualdad de género, el derecho a la identidad de género y el respeto a las diferentes orientaciones sexuales.
El término “ideología de género” fue citado por primera vez en un documento eclesiástico en el 1998: aparece en una nota de la Conferencia Episcopal de Perú, intitulada “La ideología de género: sus peligros y alcances”. En el 2000, el término fue citado en un documento del Vaticano llamado “Familia, Matrimonio y Uniones de Hecho”. Trés años después, la iglesia católica publicó su texto más amplio sobre el tema, el cual busca limitar la educación sexual y afirma que el feminismo es problemático [lee más – en portugués].
Ideología de género en Brasil
En el 2004, en Brasil, se fundó el movimiento “Escola Sem Partido”, con el objetivo de impulsar la prohibición del abordaje sobre temas relacionados a género, diversidad, sexualidad y debates sobre diferentes corrientes políticas e ideológicas en la educación. Gracias a la presión y campañas de desinformación puestas en marcha por este movimiento, se logró retirar del Plan Nacional de Educación (PNE), de la Base Nacional Común Curricular (BNCC) y de planes locales de educación, la referencia a género.
Tienen presencia en otros países de América Latina y el Caribe movimientos similares al “Escola sem Partido”, que se reúnen bajo la consigna “Con mis hijos no te metas”. Hay evidencias de la actuación de este movimiento en países como Perú, Bolivia, Costa Rica, Colombia, Brasil, Argentina, Ecuador, Paraguay, Uruguay y República Dominicana.
Denuncias ante espacios internacionales
Desde el 2016, la Campaña Nacional por el Derecho a la Educación (CNDE) de Brasil viene denunciando a instancias internacionales de derechos humanos la gravedad del proyecto “Escola Sem Partido” y sus impactos negativos para la libertad pedagógica de profesionales de la educación y la realización del derecho a la educación de todas las personas en condiciones de igualdad.
En noviembre de aquel año, la Campaña entregó a la relatora especial de la ONU sobre el Derecho a la Educación, Koumbou Boly Barry, un dossier que exponía las violaciones al derecho humano a la educación en el país y retrocesos para la igualdad de género en el Plan Nacional de Educación y planes locales de educación.
En el mes siguiente, la CNDE denunció a la Organización de los Estados Americanos (OEA) los riesgos de proyectos de ley que eran discutidos en el Congreso Nacional, con el propósito de integrar las propuestas del movimiento “Escola Sem Partido” a la Ley de Directrices y Bases de la Educación brasileña. Así mismo, llamó la atención para proyectos de ley similares con trámite en los parlamentos estaduales y municipales del país.
Estas y otras amenazas para el derecho a la educación y la igualdad de género, igualmente, fueron denunciadas por la CNDE, ante el Examen Periódico Universal (EPU) de la ONU al Estado Brasileño en el 2017.
Tras las denuncias presentadas, la ONU y la OEA se manifestaron contra el proyecto de ley “Escola Sem Partido”, reiterando la importancia de la educación para la igualdad de género y recomendando a Brasil que tome medidas para enfrentar las violencias y discriminaciones por razón de género y orientación sexual.
El gobierno brasileño no contestó de manera favorable a las recomendaciones. Por lo contrario, ha profundizado medidas en el sentido de prohibir y censurar el diálogo sobre género y sexualidad en la educación. Semana pasada, el presidente Jair Bolsonaro se manifestó en su cuenta en Twitter, solicitando al Ministerio de Educación la elaboración de un proyecto de ley que prohíba la “ideología de género”.
Censura a libros didácticos en São Paulo
El gobernador de la provincia de São Paulo, João Doria, ordenó recientemente la retirada de 330 mil publicaciones sobre ciencias de la red estadual de educación porque abordaban cuestiones sobre la identidad de género y la orientación sexual. Doria buscó justificar su actitud con la alegación de que el material didáctico “es contrario a la Base Nacional Común Curricular (BNCC)”. El término “género” fue excluído de la BNCC en el 2017, por presión de grupos conservadores y fundamentalistas, contrariando orientaciones de las Naciones Unidas sobre esta temática. En guía técnica sobre la educación sexual, lanzada el año pasado, la UNESCO dedica todo un capítulo a la construcción social del género y a su abordaje desde la educación.
Según Andressa Pellanda, coordinadora ejecutiva de la Campaña Nacional por el Derecho a la Educación, “la retirada de los libros didácticos no apenas es un acto de censura, sino que además se origina en un pensamiento retrógrado, de tono moralista y fundamentalista, sobre un asunto que es también de salud pública”.
“Pese a lo que afirman la amplia literatura sobre pedagogía y salud pública, y las recomendaciones de órganos internacionales a Brasil, el país sigue en un camino obscuro. Así mismo, el debate sobre igualdad de género y orientación sexual va mucho más allá de las cuestiones pedagógicas o de salud, se trata del respeto a la identidad y a las libertades individuales, y de una agenda para superar la discriminación. Este gobierno está en contra de estos principios”, añadió.
El último martes (10 de septiembre), luego de protestas de la sociedad civil organizada y de la presentación de una Acción Popular (demanda judicial) contra la decisión del gobernador de São Paulo, por parte de integrantes de la CNDE y aliados, la Justicia determinó que se retome la distribución de los libros que se habían censurado, en un plazo de 48 horas a partir del fallo.
Edición: Fabíola Munhoz