La educación de personas jóvenes y adultas debe ser una prioridad para alcanzar el desarrollo sostenible

28 de noviembre de 2018

Este noviembre se recuerda el cumplimiento de tres años de la adopción del Marco de Acción para la Educación 2030, que desarrolla principios y establece estrategias para la implementación del Objetivo 4 (ODS 4), referido a la educación, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

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Sobre el Marco de Acción
Dicho Marco de Acción fue adoptado en noviembre de 2015 en la 38ª Conferencia General de la UNESCO en París, Francia, ocasión en la que además se publicó la Recomendación sobre el Aprendizaje y la Educación de Adultos (RAEA), documento normativo que profundiza los compromisos asumidos por los Estados en el ODS 4, para la garantía del derecho a la educación de las personas jóvenes y adultas (EPJA).

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En este contexto, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) reafirma que el aprendizaje y la educación de personas adultas deben ser una prioridad en las agendas políticas de América Latina y el Caribe, en base a los compromisos asumidos internacionalmente por los Estados en esta temática y para que se pueda lograr la realización de todos los ODS.

Señala, en ese sentido, que es necesario superar los bajos presupuestos para la EPJA actualmente existentes, así como las tendencias regresivas y los desafíos en el campo de la educación a nivel regional.

Con miras a dar una amplia difusión y como recordatorio de los compromisos asumidos en el campo de la EPJA, CLADE ha preparado un documento en el que se destacan las principales orientaciones y recomendaciones contenidas en la RAEA, el que será enviado a las autoridades educativas de los países de nuestra región. 

La Recomendación sobre el Aprendizaje y la Educación de Adultos (RAEA) de UNESCO afirma que la EPJA debe de ser entendida como el componente básico de la educación a lo largo de la vida y comprende todos los procesos educativos formales, no formales e informales para que las personas puedan desarrollar sus capacidades para la vida y el trabajo. La alfabetización y el desarrollo de habilidades básicas, la formación continua y el desarrollo profesional, así como las oportunidades de educación y aprendizaje para la ciudadanía activa, deben ser aspectos sustanciales del aprendizaje y la educación de personas jóvenes y adultas, según la RAEA.

También se refuerza en el documento la contribución de la EPJA para el ejercicio de otros derechos económicos, políticos, sociales y culturales. De acuerdo a la recomendación, esta modalidad educativa debe cumplir los criterios esenciales de disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad para promover derechos y oportunidades en condiciones de igualdad, para todas las personas.  


¿Cómo la EPJA contribuye al desarrollo sostenible?

La RAEA subraya el rol central de la EPJA para lograr el desarrollo sostenible y establece 6 puntos de transformación que esta modalidad educativa puede y debe promover, desde políticas y prácticas implementadas por los Estados:

1. Capacidad de las personas para pensar de forma crítica y actuar con autonomía y sentido de responsabilidad;

2. Formación de las personas para afrontar y configurar las evoluciones que se producen en la economía y en el mundo laboral;

3. Contribución para una sociedad del aprendizaje, en la que cada individuo tenga la oportunidad de aprender y participar con plenitud en procesos de desarrollo sostenible, aumentando la solidaridad entre personas y comunidades;

4. Promoción de la coexistencia pacífica y los derechos humanos;

5. Fomento a la resiliencia en las personas adultas jóvenes y mayores;

6. Sensibilización de la opinión pública acerca de la protección del medio ambiente.

 

Pasos para garantizar la EPJA como un derecho humano

La recomendación de UNESCO también establece orientaciones a los Estados para que garanticen la educación de personas jóvenes y adultas como un derecho humano, desde el enfoque y la prioridad de 5 ejes principales:

Política: elaboración de políticas integrales; fortalecimiento o creación de foros interministeriales para articular diferentes sectores; promoción de la participación de todos los actores interesados (parlamentarias/os, autoridades públicas, universidades y organizaciones de la sociedad civil, entre otros); desarrollo de estructuras y mecanismos adecuados para la elaboración de políticas; sensibilización a la opinión pública, etc.

Gobernanza: fortalecimiento y creación de estructuras de cooperación y procesos participativos, abarcando los diferentes niveles (local, nacional, regional e internacional); mecanismos, instituciones y procesos eficaces, transparentes, responsables y democráticos; fomento a alianzas entre múltiples partes interesadas; elaboración de políticas y programas, velando por la representación y participación adecuadas de las partes interesadas, a fin de garantizar una gobernanza democrática que responda a las necesidades de todas las educandas y educandos, en particular las personas menos favorecidas.

Financiación: movilizar, presupuestar y asignar recursos financieros suficientes para el aprendizaje y la educación de personas adultas, según las prioridades sociales de cada Estado y en base al uso de los recursos disponibles de manera sostenible, eficaz, eficiente, democrática y responsable; priorizar la inversión en alfabetización, así como al aprendizaje y la educación de personas adultas de forma continuada.

Participación, equidad e inclusión: promover la participación, la inclusión y la equidad, a fin de que ninguna persona quede excluida de este campo de la educación; respetar la pluralidad cultural y otras formas de diversidad, no tolerando ningún tipo de discriminación (por razones de edad, sexo, origen étnico, condición migratoria, lengua, religión, discapacidad, enfermedad, origen rural, identidad, orientación sexual, pobreza, desplazamiento, encarcelamiento, vocación o profesión, entre otras); adoptar medidas para mejorar el acceso al aprendizaje de calidad por parte de los grupos desfavorecidos o vulnerables, etc.

Calidad: establecimiento de mecanismos y/o estructuras que utilicen normas y criterios de calidad adecuados y revisados periódicamente; medidas de seguimiento y evaluación; recopilación y análisis de datos (desglosados de forma oportuna y fiable); atención a la pertinencia, la equidad, la eficacia y la eficiencia del aprendizaje y la educación de personas adultas, etc.

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