En carta, delegaciones y organizaciones sociales de América Latina y el Caribe expresan su desacuerdo a afirmaciones del presidente del Banco Mundial

22 de mayo de 2015

Durante discurso en el Foro, Jim Young Kim relacionó logros del aprendizaje al crecimiento económico y comparó los modelos de desarrollo de América Latina y del Asia del Este. El documento de respuesta que se entregó a los representantes del Banco afirma que “cada país tiene la soberanía para definir el modelo de desarrollo que mejor responda a las aspiraciones de sus pueblos” 

Durante el Foro Mundial sobre la Educación, que se realizó en Incheón, República de Corea, entre los días 19 y 21 de mayo, miembros de delegaciones oficiales y organizaciones sociales de América Latina y el Caribe entregaron una carta al Presidente del Banco Mundial, Jim Young Kim, expresando su desacuerdo ante las afirmaciones de esta autoridad en la ceremonia de apertura del Foro mencionado. En su discurso, Kim afirmó que “si los estudiantes latinoamericanos hubieran tenido logros de aprendizaje equivalentes a los de los estudiantes de Asia del Este, América Latina podría tener un nivel de crecimiento económico significativamente mayor que el de Asia del Este”.

Según la carta, “las expresiones vertidas en su alocución suponen un entendimiento de que el horizonte que debe mover a los pueblos de América Latina y el Caribe es igual al que eligieron los pueblos del Este Asiático”, mientras que “cada país tiene la soberanía para definir el modelo de desarrollo que mejor responda a las aspiraciones de sus pueblos y que dé cuenta de los procesos históricos particulares”.

Las organizaciones y delegaciones firmantes también expresan que el espíritu multilateral que presupone el Foro Mundial de Educación implica el reconocimiento de la diversidad histórica y cultural de cada uno de los países del mundo y su libre determinación. Asimismo, afirman que la economía debe estar al servicio del bienestar y de la dignidad humana.

“La concepción de educación basada en la perspectiva de derechos humanos implica concebir sistemas educativos que no estén anclados sólo en resultados de aprendizaje. Tampoco consideramos adecuado la implicación de que se promuevan comparaciones competitivas entre estudiantes, sean ellos y ellas del mismo país, sean ellos y ellas de países diferentes. Consideramos, al contrario, que la cooperación es la que nos llevará a un mundo más digno y justo”, afirma el documento [léalo completo aquí].