“El trabajo infantil perpetúa la pobreza, el analfabetismo, la desigualdad de género y, en la mayoría de los casos, no conduce al desarrollo de habilidades”, dice Marcha Global
6 de agosto de 2019
Por: Thais Iervolino
La afirmación fue divulgada ayer en nota pública, elaborada como respuesta a las declaraciones recientes del presidente brasileño Jair Bolsonaro, que defiende el trabajo infantil. Según la nota, la manifestación del presidente en favor del trabajo infantil no solo contradice el principio constitucional de protección infantil, sino que también viola las obligaciones asumidas por el Estado brasileño en tratados internacionales
“(…) hemos estado observando de cerca los desarrollos en Brasil con respecto a las discusiones recientes en relación al trabajo infantil y sus implicaciones en las vidas de los niños, y más específicamente, las declaraciones del presidente Jair Bolsonaro, quién abierta y repetidamente ha defendido el trabajo infantil, para niños incluso menores de 10 años. (…) Como defensores de los derechos de los niños, condenamos fuertemente la aceptación de todas las formas de trabajo infantil como norma en la sociedad. El trabajo infantil, especialmente el trabajo infantil peligroso y que comienza a una edad temprana; no solo afecta el desarrollo físico, mental y emocional de los niños, sino que también perpetúa la pobreza de los hogares, el analfabetismo, la desigualdad de género y, en la mayoría de los casos, no conduce al desarrollo de habilidades”.
Esta es una afirmación de la Marcha Global Contra el Trabajo Infantil (Marcha Global) que consta en nota pública divulgada ayer (5), en respuesta a las declaraciones recientes del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en defensa del trabajo infantil. El líder brasileño afirmó en julio, durante una transmisión en vivo por la televisión, que “no hay problemas en ver un muchacho de nueve, diez años trabajar, pues el trabajo dignifica al hombre y a la mujer, no importando la edad”. Después, via Twitter, reforzó su opinión diciendo que está siendo atacado por la izquierda por “defender que nuestros hijos sean educados para desarrollar la cultura del trabajo desde temprano”.
Marcha Global
La Marcha Global Contra el Trabajo Infantil (Marcha Global) es un movimiento mundial de sindicatos, asociaciones de docentes y organizaciones de derechos de las niñas y los niños que se unen en su lucha contra el trabajo infantil y apoyan la educación para todas las personas. La Marcha Global trabaja en conjunto con las Naciones Unidas, agencias gubernamentales, partes interesadas locales, nacionales, regionales y mundiales en su esfuerzo por proteger y promover los derechos de los niños y las niñas, especialmente contra el trabajo infantil, la trata con fines de trabajo forzoso, la esclavitud infantil y la discriminación de género, al tiempo que respalda su derecho a una educación significativa, gratuita y de calidad.
La Campanha Nacional pelo Direito à Educação, foro brasileño miembro de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), participa de la Marcha Global.
Según la nota de la Marcha Global, la reciente declaración del presidente Bolsonaro sobre el trabajo infantil no solo contradice el principio constitucional de protección infantil de Brasil, sino que también viola las obligaciones asumidas por el Estado brasileño en tratados internacionales. La Marcha añade que la postura del presidente afecta negativamente al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular del objetivo de eliminar todas las formas de trabajo infantil hasta el 2025; además, pone en riesgo el bienestar y el desarrollo saludable de los niños y niñas de Brasil, defendiendo un escenario extremadamente contraproducente para la economía del país.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay alrededor de 152 millones de personas sometidas al trabajo infantil en todo el mundo. En Brasil hay 2,4 millones de niñas, niños y adolescentes que trabajan.
“La Marcha Global advierte que si los niños trabajan, más aún cuando lo hacen desde una edad temprana, tendrán graves consecuencias en su presente y futuro. Dichos niños se perderán la educación durante los años formativos de su desarrollo y continuarán realizando tareas repetitivas erosionando sus habilidades y la posibilidad de empleo en condiciones dignas en el futuro. En este proceso, sin darse cuenta, entrarían en el círculo vicioso de pobreza y analfabetismo que no sería fácil de desmantelar”, dice la nota.
Lee el comunicado completo:
Declaración de la Marcha Global Contra el Trabajo Infantil sobre las declaraciones del presidente brasileño
La Marcha Global Contra el Trabajo Infantil (Marcha Global) es un movimiento mundial de sindicatos, asociaciones de docentes y organizaciones de derechos de los niños que se unen en su lucha contra el trabajo infantil y apoyan la educación para todos. La Marcha Global trabaja en conjunto con las Naciones Unidas, agencias gubernamentales, partes interesadas locales, nacionales, regionales y mundiales en su esfuerzo por proteger y promover los derechos de los niños, especialmente contra el trabajo infantil, la trata con fines de trabajo forzoso, la esclavitud infantil y la discriminación de género, al tiempo que respalda su derecho a una educación significativa, gratuita y de calidad.
Desde la Marcha Global, hemos estado observando de cerca los desarrollos en Brasil con respecto a las discusiones recientes en relación al trabajo infantil y sus implicaciones en las vidas de los niños, y más específicamente, las declaraciones del presidente Jair Bolsonaro, quien abierta y repetidamente ha defendido el trabajo infantil, para niños incluso menores de 10 años.
Como defensores de los derechos de los niños, condenamos fuertemente la aceptación de todas las formas de trabajo infantil como norma en la sociedad. El trabajo infantil, especialmente el trabajo infantil peligroso y que comienza a una edad temprana; no solo afecta el desarrollo físico, mental y emocional de los niños, sino que también perpetúa la pobreza de los hogares, el analfabetismo, la desigualdad de género y, en la mayoría de los casos, no conduce al desarrollo de habilidades.
La Marcha Global aplaude y reconoce el compromiso demostrado por Brasil al adoptar y ratificar varias convenciones y leyes que protegen los derechos fundamentales de los niños, como la Constitución de Brasil (1988) y el Estatuto del Niño y el Adolescente (1990), así como los acuerdos internacionales incluyendo la Convención sobre los Derechos del Niño (1990), el Acuerdo Americano sobre Derechos Humanos (1992), el Convenio 182 (2000) y 138 (2001) de la OIT. También reconocemos que Brasil ha desempeñado un papel fundamental y destacado en la lucha contra el trabajo infantil en la región y fue uno de los pioneros en la introducción de los programas revolucionarios de transferencia de efectivo como “Bolsa Escola” y “Bolsa Familia” para combatir el trabajo infantil y aliviar la pobreza en el entorno familiar. Últimamente, Brasil también se comprometió con la erradicación del trabajo infantil como una prioridad al firmar un compromiso internacional durante la IV Conferencia Mundial para la Erradicación Sostenible del Trabajo Infantil celebrada en Argentina en 2017.
Al considerar el marco mencionado anteriormente, la reciente declaración del Presidente Bolsonaro sobre el trabajo infantil no solo contradice el principio constitucional de protección infantil de Brasil, sino que también viola las obligaciones asumidas por el Estado brasileño en virtud de los tratados internacionales; que afectan negativamente el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el objetivo de eliminar todas las formas de trabajo infantil para 2025- poniendo en riesgo el bienestar y el desarrollo saludable de los niños brasileños y defendendiendo un escenario que sería extremadamente contraproducente para la economía brasileña.
La Marcha Global advierte que si los niños trabajan, más aún cuando lo hacen desde una edad temprana, tendrá graves consecuencias en su presente y futuro. Dichos niños se perderán la educación durante los años formativos de su desarrollo y continuarán realizando tareas repetitivas erosionando sus habilidades y la posibilidad de empleo en condiciones dignas en el futuro. En este proceso, sin darse cuenta, entrarían en el círculo vicioso de pobreza y analfabetismo que no sería fácil de desmantelar. El trabajo infantil con su doble filo privaría aún más a los adultos de condiciones de trabajo decentes porque los empleadores siempre preferirán a los niños sobre los adultos ya que ellos no exigen salarios mínimos y no pueden defender sus derechos.
Todos sabemos que, según la OIT, mientras que hay alrededor de 152 millones de trabajadores infantiles en todo el mundo, hay alrededor de 192 millones de adultos y jóvenes sin empleo globalmente. En Brasil hay 2,4 millones de niños y adolescentes atrapados en situación de trabajo infantil. El número de adultos brasileños desempleados ha aumentado a 13,4 millones, lo que muestra claramente que un niño trabaja en lugar de un adulto y, en consecuencia, el trabajo infantil alimenta el desempleo de los adultos, lo que deteriora aún más la economía nacional.
Mientras Brasil se encuentra actualmente en una situación de debilidad en el mercado laboral, se ha vuelto más imperativo que el país invierta en sus niños y jóvenes en aras de su desarrollo social y económico. Para lograr un necesario desarrollo sostenible en todas las dimensiones, los Estados y las sociedades deben reconocer y cumplir con el derecho de los niños a la educación, el bienestar, la protección, la supervivencia, el desarrollo y la participación, tal como se consagra en la Convención sobre los Derechos del Niño y de esta manera ser testigos de un impacto positivo no solo en ellos mismos, sino también en las familias, las comunidades y los países; no siendo Brasil la excepción.
Dado este escenario, la Marcha Global Contra el Trabajo Infantil condena inequívocamente cualquier forma de violación de los derechos fundamentales de los niños e insta a la comunidad internacional a llamar la atención sobre esta situación crítica que exige una acción conjunta que defienda y garantice el derecho de los niños a una educación gratuita y significativa, mientras sean libres de cualquier forma de explotación.
La Marcha Global reitera una vez más su compromiso de apoyar el trabajo de nuestros miembros y socios que están unidos contra el trabajo infantil en Brasil y más allá; y hace un llamado a todos los interesados que trabajan para la eliminación de esta forma de violencia contra los niños, a unirse y continuar discutiendo y comprometiéndose con el Gobierno de Brasil y con todos aquellos regímenes que favorecen la existencia de trabajo infantil, para que estos no solo abandonen esta mentalidad, sino para que trabajen de la mano con el movimiento contra el trabajo infantil para crear un mundo libre del mismo y amigable para todos los niños.
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