La sesión realizada el 13 de octubre, titulada El sentido de lo público estatal en la educación: gratuidad, calidad y participación contó con la participación de Andressa Pellanda de la Campaña Brasileña por el Derecho a la Educación; Rosario García Rodas de la Mesa de la Unidad del Pueblo Indígena Lenca de Honduras; Nelva Barahona Reyes, Representante docentes de Panamá y Héctor Ulloa, Presidente del Fondo de Asistencia Internacional de los Estudiantes y Académicos Noruegos (SAIH).
En la organización metodológica participaron la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación, el Colectivo Educación para Todas y Todos de Guatemala y la Reagrupación Educación para Todas y Todos de Haití.
En el diálogo destacaron tres ejes indispensables para garantizar el derecho humano a la educación: la gratuidad, la calidad y la participación.
Educación crítica
El fortalecimiento del Estado es clave para garantizar lo público, en lo cual deben profundizar las demandas universales de los pueblos y por ende la educación.
En un contexto regional de grandes brechas y desigualdades sociales se renueva la importancia de la educación como ruta que facilite romper las barreras y exclusiones.
La educación pública crítica y transformadora para todas las personas se confronta con el modelo económico dominante, el neoliberalismo, que procura instalar procesos de privatización de derechos como la educación, la salud, seguridad social, entre otros.
Cuando la educación promueve el pensamiento crítico, el aprendizaje del ejercicio de los derechos humanos y de la conveniencia democrática, ella transforma sujetos, redistribuye riqueza y poder, promueve dignidad humana, la paz y solidaridad entre pueblos. Y solo entonces se puede afirmar que la educación es de calidad: cuando su contenido es pertinente, relevante para los individuos y para las sociedades, y adaptable al contexto de cada estudiante.
Democracia e inclusión
La educación de calidad es inclusiva, libre de discriminaciones y garantizada para todas y todos a lo largo de la vida. La educación es una construcción histórica y social. Puede estar pensada para mantener las posiciones de dominación de las minorías o puede servir como motor de la construcción de sociedades justas e igualitarias.
Los Estados deben garantizar esta gestión democrática de las escuelas y de las políticas, asegurando que todas las voces participen en la gobernanza educativa y una responsabilidad colectiva.
Lograr concretar el compromiso del 6% del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación sería fundamental para promover la calidad educativa, misma que se vincula estrechamente con la equidad.
En tal sentido, las brechas de género y asumir diversas perspectivas interseccionales deben ser integradas en las políticas públicas para garantizar caminos de inclusión socioeducativa.
Por otra parte, las pruebas estandarizadas han sido instrumentalizadas como valoraciones que no responden a los contextos, siendo vital el fortalecimiento de la formación y condición docente, así como de equipos directivos que sostienen las prácticas en diversos ámbitos educativos.
Autonomía y participación
Para que la educación sea asequible, accesible, aceptable y adaptable, es fundamental que se construya colectivamente considerando las expectativas de las sociedades y el aumento de la participación de quienes integran las comunidades educativas.
Del mismo modo es urgente, asegurar la gratuidad de la educación – y de las condiciones de acceso a la educación, como el transporte, los libros escolares, la alimentación, los dispositivos tecnológicos.
La pedagogía de la autonomía retomada durante el encuentro virtual del maestro de educación popular Paulo Freire, sigue vigente y permite construir espacios de debate democrático y de participación plural tan necesarios en los contextos contemporáneos.
Las tendencias globales y regionales de este sistema injusto e inequitativo nos desafían a enriquecer críticamente las prácticas y demandas sociales que nos permita crear consensos y acciones de transformación social que profundicen los derechos humanos.
Sobre la XII Asamblea Regional CLADE
La Asamblea Regional de la CLADE abre diálogos críticos y traza horizontes estratégicos para la realización del derecho humano a la educación y fortalecimiento de los sistemas públicos de educación en América Latina y el Caribe.
En los últimos años, la pandemia y la agudización de tendencias políticas conservadoras en la región han provocado un aumento de múltiples formas de desigualdades, de restricciones a la participación de la sociedad civil.
Los nuevos desafíos y retos son colocados sobre la mesa, tales como el impacto de la digitalización en la educación y el aumento de las tendencias privatizadoras.
La Asamblea tiene cuatro debates virtuales a lo largo del mes de octubre, y culmina en la modalidad híbrida, cuando integrantes de la CLADE se reunirán en la ciudad de Tegucigalpa, Honduras, entre los días 7 y 11 de noviembre de 2022.
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