En el primer día del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, que se realiza del 7 al 9 de marzo en Costa Rica, organizado por la CEPAL, la secretaria de este órgano regional, Alicia Bárcena, presentó un balance del estado de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la región.
El informe completo, cuyos hallazgos centrales Bárcena presentó en la mañana de ayer, 7 de marzo, es intitulado “Una década de acción para un cambio de época”, y puede ser descargado aquí.
Entre los mensajes clave del informe, que evalúa el grado de cumplimiento de los ODS en la post pandemia, se destacan los siguientes:
- se observaron crecientes asimetrías globales entre países desarrollados y países en desarrollo;
- en términos de efectos económicos, sociales y políticos de la pandemia, la América Latina es la región más golpeada del mundo;
- el rol del Estado ha sido central para enfrentar los costos económicos y sociales de corto plazo, pero las medidas de recuperación han seguido un modelo de desarrollo que ya había mostrado sus limitaciones estructurales, y que impone costos crecientes, alejando la consecución de los ODS.
- por otro lado, la CEPAL fortaleció sus capacidades de evaluación de los avances de los ODS hacia 2030.
En conclusión, Bárcena informó que el 68% de las metas de la Agenda 2030 continúa en una tendencia insuficiente hacia el 2030, y casi un tercio de estas se encuentra en trayectorias que se alejan de alcanzar las metas. “Estos resultados refuerzan la necesidad de una década de acción para transformar el modelo de desarrollo con base en un multilateralismo eficaz”, subrayó.
Afirmó también que apenas el 32% de las metas van en ritmo adecuado, mientras que en el 22% se presentan retrocesos, y en el 46% de las metas hay un fuerte riesgo de retroceder.
Datos de la realidad que dificultan el alcance de los ODS hasta 2030
Otros mensajes clave de su intervención fueron:
– El 1% de la población regional tiene el 50% de la riqueza mundial: hay fuertes asimetrías económicas, climáticas, de acceso a la vacunación (apenas el 64% de la población regional está vacunada contra el COVID-19), y también en términos del financiamiento de respuestas a la crisis: los países desarrollados invirtieron 15 mil millones de dólares en el enfrentamiento a la pandemia, mientras que los países emergentes invirtieron menos de 3 mil millones de dólares.
– La deuda es un serio obstáculo para los países latinoamericanos y caribeños, que agudiza los problemas de la restricción externa y reduce el espacio fiscal.
– La pobreza y la pobreza extrema aumentaron en la región, pese a las ayudas de emergencia implementadas por los Estados; y el desempleo y el empleo informal son de los mayores retos.
– Se retrocedió 18 años en lo que toca la participación laboral de las mujeres en la pandemia: 1 de cada 2 mujeres continúa fuera del mercado laboral en la región, y su derecho a la educación también fue afectado con el cierre de las escuelas.
– Aumentaron en la región la violencia de género y la carga desigual de cuidados que recae sobre las mujeres: 1 de cada 3 mujeres es víctima de violencia física en la región.
– Se observó la aceleración de la destrucción ambiental marina y terrestre, inclusive con asesinatos de defensores del medio ambiente.
– 3 millones de niños y niñas pueden no volver a la escuela luego de la pandemia.
“Necesitamos combatir la violencia de género y fortalecer la participación política de las mujeres. Es necesario que caminemos para una sociedad del cuidado: del autocuidado, del cuidado del medio ambiente, de la distribución equitativa del poder, etc. La igualdad de género es fundamental para alcanzar los ODS”, resaltó Alicia Bárcena.
Afirmó también que el escenario actual nos presenta la oportunidad de asumir un liderazgo, como región, para caminar hacia una reconstrucción verde: se plantea desde CEPAL la reducción del 12% de la deuda de Caribe (6 mil millones de dólares) para con eso crear un fondo de resiliencia del Caribe, que reúne un conjunto de países que está entre los que más sufren actualmente con desastres provocados por los cambios climáticos.
“Necesitamos cambios importantes de producción y consumo, y también una nueva arquitectura financiera internacional que apoye los espacios de política e inversión. Para ello, es esencial modificar el actual sistema de deuda y de préstamos”, enfatizó.
Grabación de la reunión: