CLADE y OMEP lanzan proyecto para transformar la educación infantil en comunidades rurales con enfoque inclusivo y de género

13 de noviembre de 2024

Por: Gabriela Arrunátegui Martínez / Revisión: María Cianci Bastidas y Carolina Osorio

La iniciativa que promueve el escalamiento de una pedagogía inclusiva con enfoque de género para la educación infantil comunitaria en Guatemala y Honduras se impulsará entre el 2024 y el 2026 a través de un modelo de Educación Comunitaria Inclusiva.

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), junto con la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) América Latina, la Coalición de Educación para Todos y Todas de Guatemala y el Foro Dakar Honduras implementan el proyecto “Hacia el escalamiento de una pedagogía inclusiva con enfoque de género para la educación infantil comunitaria en Guatemala y Honduras”.

Esta iniciativa que se desarrollará entre 2024 y 2026, financiada por la Alianza Global para la Educación (GPE) desde el Intercambio de Conocimiento e Innovación (KIX), busca generar evidencia clave para expandir un modelo pedagógico de Educación Comunitaria Inclusiva, con enfoque de equidad.

El proyecto tiene como objetivo fortalecer la educación inicial, movilizar conocimientos y desarrollar capacidades en comunidades educativas y actores políticos, garantizando su integración en políticas inclusivas de atención y educación en la primera infancia.

Nelsy Lizarazo, coordinadora general de la CLADE destacó la importancia de este nuevo proceso al señalar: “Traemos los aprendizajes del proceso anterior y los perfeccionamos gracias a las iniciativas de formación y capacitación desarrolladas por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo  (International Development Research Centre, por sus siglas en inglés, IDRC). Un punto clave es asegurar, de la mejor manera y por todas las vías posibles, el compromiso y la participación activa de las autoridades locales, en vínculo con las comunidades donde trabajaremos. Esto ya nos asegura un escalamiento horizontal, sensibilizando y sembrando la semilla del modelo de educación inclusiva comunitaria en comunidades aledañas interesadas.”

¿Qué es el Modelo de Educación Comunitaria Inclusiva?

El modelo promueve la colaboración activa de la comunidad para crear entornos de aprendizaje transformadores. En los grupos interactivos, los y las estudiantes desarrollan habilidades colaborativas en aulas que celebran la diversidad (discapacidad, contextos rurales e indígenas). Los círculos dialógicos fomentan el pensamiento crítico y el diálogo en contextos concretos, mientras que las comisiones mixtas reúnen a familias, docentes y autoridades locales para adaptar el modelo a las necesidades específicas del territorio, posicionando a la escuela como un motor de cambio social. Este enfoque es transversalmente interseccional y de género, asegurando que todas las voces sean escuchadas.

Los círculos dialógicos fomentan el pensamiento crítico y el diálogo en contextos concretos, mientras que las comisiones mixtas reúnen a familias, docentes y autoridades locales para adaptar el modelo a las necesidades específicas del territorio, posicionando a la escuela como un motor de cambio social.

El proyecto se orienta con una metodología de Investigación Acción Participativa Transformadora, que busca co-construir con las comunidades educativas el desarrollo y la sostenibilidad del modelo. Como parte de este proceso, se llevará a cabo un diagnóstico participativo para identificar tanto los avances como las limitaciones que pueden presentarse en la implementación del modelo. Este diagnóstico permitirá ajustar estrategias y potenciar las capacidades locales.

Asimismo, se desarrollarán capacitaciones dirigidas a equipos directivos, docentes, familias, autoridades gubernamentales locales y otras partes interesadas, a fin de fortalecer sus habilidades y compromiso con el modelo. Este proceso culminará en un curso de formación que ampliará la participación de otras escuelas, no solo de Honduras y Guatemala, cuanto  el impacto regional del proyecto.

También se desarrollarán propuestas de mejora y herramientas pedagógicas para los currículos nacionales de primera infancia, con el fin de garantizar la pertinencia e inclusión de los materiales educativos. Las iniciativas contribuirán a consolidar un entorno educativo más equitativo y adaptado a las necesidades específicas de las comunidades.

Tomando el pulso: primer contacto con los territorios

En octubre, las comunidades educativas de Guatemala y Honduras recibieron las primeras visitas presenciales del equipo del proyecto, la Coalición de Educación para Todos y Todas seleccionó tres escuelas en el municipio de Santa Cruz Verapaz, beneficiando a 7 docentes y 144 estudiantes. Por su parte, el Foro Dakar Honduras identificó tres escuelas en los municipios de Danlí y Yuscarán, con 28 docentes y 335 estudiantes.

Las reuniones con personal directivo, docentes, familias y autoridades locales fueron espacios clave para presentar el modelo pedagógico y generar un compromiso colectivo. Según Karla Rodríguez, representante del Foro Dakar Honduras, “el diálogo con las comunidades ha sido esencial para confirmar la viabilidad del proyecto. Esto nos ha permitido ajustar estrategias según las particularidades locales y fortalecer la confianza con las autoridades municipales y educativas.”

De igual manera, los y las docentes han expresado su entusiasmo por participar en el proyecto, destacando la relevancia de recibir formación para atender las diversidades en las aulas en las cuales laboran. Las familias también han valorado la iniciativa, mostrando interés en apoyar a sus hijos e hijas, así como participar en las actividades que se acuerden. El respaldo comunitario refuerza el potencial transformador del proyecto en cada uno de los territorios.

A lo largo de las visitas, se identificaron desafíos significativos, como la falta de infraestructura adecuada, mobiliario inclusivo y materiales pedagógicos en lenguas e idiomas indígenas. Una maestra guatemalteca compartió: “En mi aula, algunos niños hablan Poqomchí y Q’eqchí, y yo no hablo estos idiomas. A veces nos comunicamos por señas, pero necesitamos más recursos para enseñar en su lengua.” También se evidenció la necesidad de fortalecer la participación familiar y la capacitación docente para abordar las necesidades especiales de los  y las estudiantes.

Oportunidades de apertura con la Investigación Acción Participativa (IAP)

El compromiso de las comunidades, la apertura de las y los docentes a nuevas metodologías, así como  el apoyo de las autoridades locales, sentaron las bases para un trabajo colaborativo que promete generar cambios significativos en la educación infantil, y que se enmarca en la metodología de Investigación Acción Participativa (IAP) que inspira al proyecto. 

El primer acercamiento ha sido fundamental para construir una hoja de ruta que responda a los desafíos y las oportunidades, reafirmando el compromiso de transformar la educación infantil en Guatemala y Honduras.

Víctor Cristales, coordinador de la Coalición de Educación para Todos y Todas señaló: 

Volver a retomar el trabajo en Santa Cruz, Alta Verapaz, ha sido una experiencia profundamente enriquecedora. Reencontrarnos con parte de la comunidad educativa —padres y madres de familia, maestros, maestras y estudiantes— nos ha permitido reconstruir vínculos esenciales para avanzar en el derecho a la educación. El primer impacto de este proceso ha sido comprender, desde la práctica, las raíces culturales y educativas de un pueblo originario como el pueblo Poqomchí.

El objetivo común procura garantizar una educación infantil inclusiva y de calidad, firmemente enraizada en un enfoque de derechos que priorice a las comunidades más vulnerables.

Procesos complementarios en marcha

CLADE avanza en la elaboración de informes nacionales sobre políticas de primera infancia y mapeo de actores, los cuales se darán a conocer  en la publicación regional prevista para inicios de 2025. Estos documentos no solo serán herramientas clave para las Comisiones Mixtas de cada escuela en la planificación y monitoreo del proyecto, también servirán como insumos estratégicos para incidir en las políticas públicas de ambos países. El objetivo común procura garantizar una educación infantil inclusiva y de calidad, firmemente enraizada en un enfoque de derechos que priorice a las comunidades más vulnerables.

Paralelamente, se desarrolla un estudio innovador sobre el rol de las masculinidades rurales en el cuidado y la educación infantil. El análisis busca cuestionar y transformar las dinámicas tradicionales de género, promoviendo una corresponsabilidad en el cuidado que rompa con los estereotipos y contribuya a la equidad dentro y fuera de las aulas. Dicho esfuerzo es esencial para construir una base sólida de justicia social y educativa desde las primeras etapas de vida.

Además, se ha puesto en marcha un proceso integral de formación para los equipos nacionales de Guatemala y Honduras, que culminará en un encuentro presencial en Guatemala en el mes de diciembre del año 2024. El proceso aborda temas como el aprendizaje dialógico, la inclusión, las masculinidades y el monitoreo, sentando las bases para el escalamiento del modelo en toda la región. 

Con estas acciones, CLADE y OMEP reafirman su compromiso político con la construcción de sistemas educativos inclusivos y transformadores, que formen a niñas y niños, al mismo tiempo que  contribuyan al desarrollo de sociedades más justas, equitativas y cohesionadas.