Brasil en el G20: “La educación como un derecho humano y uno de los vectores para la justicia social es innegociable”

1 de diciembre de 2018

En entrevista a la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), la coordinadora de Políticas Educativas de la Campanha Nacional pelo Direito à Educação, de Brasil, analiza el contexto de la educación pública en el país, así como los desafíos y amenazas que este derecho ha enfrentado en los últimos tiempos. Comenta, asimismo, lo que representa la cumbre del G20 para la educación brasileña.

Según Andressa Pellanda, “la educación debe mirarse como derecho y no un servicio. Necesita garantizarse con calidad, de manera pública y gratuita para todas y todos, desde un financiamiento adecuado”.

Lea la entrevista completa:

¿Cómo está la situación de la educación pública en Brasil?

Andressa Pellanda – Todavía tenemos en Brasil 2,8 millones de niñas, niños y adolescentes que no están en la escuela. Frente a esta situación, vemos que todavía tenemos un reto inmenso de acceso escolar. Para que se entienda la dimensión, esta cantidad de personas es más grande que toda la población de 59 países en el mundo.

Además, todavía tenemos el reto de la inclusión de todas y todos las/os niñas, niños y adolescentes, muchas y muchos de las/os cuales están en la escuela, pero no están efectivamente incluidas e incluidos, sufren discriminaciones por su raza, etnia, color, género, orientación sexual, discapacidad, etc.  

Parte del desafío de la inclusión dice respecto a la falta de políticas anti-discriminatorias y también a la falta de calidad en la educación. La baja calidad está relacionada especialmente a la precaria infraestructura de las escuelas y a la casi inexistente valorización de las y los profesionales de la educación, que necesitan una buena formación inicial y contínua, buenas condiciones de trabajo y un salario que sea equivalente al de otras profesiones con la misma formación.

Todo eso está directamente relacionado al bajo nivel de financiamiento para el área y al hecho de que las políticas de educación no han tenido importancia central a mediano y largo plazo, como es el caso del Plan Nacional de Educación, que llegará a junio de 2019 en su 5º aniversario, probablemente, con el mismo diagnóstico de descumplimiento.


¿Cuáles son las principales amenazas que la educación brasileña enfrenta actualmente?

Andressa Pellanda – La educación en Brasil viene sufriendo una amenaza ultraconservadora, movilizada por grupos que defienden una educación acrítica, con censura, de pensamiento único y que no incluye las diversidades. Este movimiento tiene como principal bandera el proyecto de ley “Escuela sin Partido”. Frente a tales presiones, la dimensión de la inclusión y la libertad de enseñar y aprender están amenazadas.

Hay un movimiento de precarización de la educación pública, especialmente a través de recortes en el financiamiento de la educación, sintetizados por la Emenda Constitucional 95, que impone un límite de inversiones para el área hasta el 2036. En paralelo a este proceso de precarización, hay un avance de la privatización desde la gestión de las escuelas, lo que no garantiza el cumplimiento del derecho, por lo contrario, lo amenaza. De esta manera, las dimensiones del acceso y, especialmente, de la calidad, están perjudicadas.


¿Qué significa la cumbre del G20 para la educación brasileña? ¿Sobre cuáles aspectos de este encuentro el país debe estar atento?

Andressa Pellanda – El G20, como un foro de líderes que históricamente ha mirado hacia las economías de la región, así como sus retos comunes en términos políticos y sociales, representa un momento oportuno para analizar los impactos negativos que han traído las políticas de austeridad económica y de endeudamiento para los Estados como garantes de derechos.

Esperamos que los líderes reunidos puedan hacer este análisis y comprender la necesidad urgente de retomar las inversiones para las áreas sociales, ante el riesgo de haber un aumento brutal de las desigualdades, de la pobreza y de la disminución de los indicadores sociales en la región.


¿Qué se puede negociar en el G20 en términos de educación?

Andressa Pellanda – La educación debe mirarse desde la perspectiva de que es un derecho y no un servicio. Debe garantizarse con calidad, de manera pública y gratuita para todas y todos, con un financiamiento adecuado.

La educación no es solamente el aprendizaje de contenidos cognitivos. Es la formación integral y para la ciudadanía, dimensiones que muchas veces no pueden ser medidas por una política de evidencias y de evaluaciones estandarizadas. La educación como un derecho humano y uno de los vectores para la justicia social es innegociable.


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