Educación se fortalece con la unión entre distintas luchas y movimientos sociales
29 de agosto de 2019
Por: Thais Iervolino
Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación y Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular abordan diferentes temáticas y se articulan con diversos movimientos sociales, para promover y demandar la realización de los derechos humanos
El tercer volumen de la publicación de la CLADE, “La incidencia política por el derecho humano a la educación: relatos y aprendizajes desde América Latina y el Caribe” presenta experiencias, aprendizajes y estrategias de redes y organizaciones de la sociedad civil latinoamericana y caribeña, en su lucha por la garantía del derecho a la educación y de otros derechos humanos.
En este texto, nos enfocaremos en dos de las experiencias que se presentan en la publicación, las cuales desde la articulación entre diferentes temas, movimientos sociales y luchas, consistieron en acciones exitosas e inspiradoras de defensa del derecho a la educación. El primer caso es de la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular (ALER), que desde el vínculo entre la educación y la comunicación ha disputado narrativas y cuestionado el modelo de desarrollo capitalista en América Latina y el Caribe. La segunda experiencia es de la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE), que viene actuando junto a otros movimientos y luchas sociales, como feministas, indígenas, de jóvenes y LGBTI, entre otros, para demandar la garantía de una educación reflexiva, inclusiva, para la libertad y la diversidad en Bolivia.
A continuación, lee más sobre cada uno de los casos.
ALER: educación y comunicación para el buen vivir
Cuestionar los modos de hacer educación y comunicación. Este fue el compromiso asumido por la ALER, red de educación y comunicación popular presente en 19 países de América Latina y el Caribe, cuando decidió impulsar un proceso de reflexión, auto-crítica y planificación estratégica de largo plazo ante al contexto de las crecientes amenazas para quienes ejercen la defensa del territorio, de los derechos humanos y de la naturaleza en la región.
Para ello, ALER optó por promover narrativas y modelos alternativos al desarrollo capitalista, y por presentar la diversidad de otros mundos posibles desde el/los buen(os) vivir(es) y de la educación y la comunicación como proyectos políticos. La iniciativa propuso una ruptura con el discurso hegemónico que impone un crecimiento extractivista depredador de la naturaleza y el progreso lineal y consumista, atentando contra la continuidad de la vida en el planeta.
Con la iniciativa, se actuó en 3 frentes:
- Técnica y tecnológica, cuestionando e investigando los programas de software y hardware que confirman el monopolio en la creación y difusión de contenidos, a través de plataformas virtuales, así como la privatización del conocimiento y la utilización de información privada, personal y colectiva, con fines no autorizados y mercantiles.
- Formación e investigación, con el lanzamiento de tres publicaciones sobre comunicación y educación para el buen vivir: “La palabra que camina: Comunicación popular para el vivir bien”; “Comunicar la Esperanza: Camino al buen (con)vivir” y “Siembras del buen vivir: Entre utopías y dilemas posibles”.
- Producción de contenidos para plantear una disputa de sentidos, así como promover agendas periodísticas alternativas para confrontar y evitar un monopolio de los medios sobre la opinión pública. En el caso de la educación, se promueven y difunden discursos a favor del financiamiento y fortalecimiento de la educación pública, entre otros.
Dentro de su “Proyecto de Comunicación para el Buen Vivir”, ALER le ha dado seguimiento permanente a denuncias y casos de violación a los derechos humanos en distintos países, por ejemplo: acciones de criminalización contra estudiantes en Honduras; manifestaciones contra la reforma constitucional en Paraguay; conflictos por tierra y pacificación en Colombia; y persecución a movimientos sociales en Panamá, Honduras y El Salvador.
“En estos casos, el derecho a la comunicación popular fue sinónimo del derecho a la vida, pues la cobertura periodística contribuyó con la sensibilización y protección de varias personas en situación de vulnerabilidad, impulsando procesos de solidaridad internacional”, subraya María Cianci, coordinadora de Formación e Investigación de la Coordinación General de ALER.
ALER, asimismo, acompaña y convoca diferentes iniciativas de la sociedad civil en la lucha por la educación desde una perspectiva de derechos. “En alianza con la CLADE, hemos desarrollado campañas comunicativas, investigaciones y posicionamientos por el derecho a la educación, así como guías de producción periodística. Utilizamos el poder de la palabra para sumar esfuerzos y fomentar una visión más humanitaria sobre la educación”, cuenta Cianci.
Como desafíos, el contexto regional apunta a retrocesos para los derechos y libertades humanas. Las y los periodistas, comunicadoras y comunicadores encuentran amenazas y obstáculos para realizar su labor con seguridad, autonomía y libertad en estos ambientes de restricción a los derechos y garantías individuales, así como de privatización y mercantilización de derechos.
“Consideramos que uno de los elementos importantes del desarrollo es mirar la educación y la comunicación como derecho, y desde la educación y comunicación como derecho compreender que son las ventanas, son las puertas que nos permiten también apropiarnos, defender otros derechos, derechos humanos y derechos de la naturaleza”, afirma Cianci.
En el video abajo, la coordinadora de Formación e Investigación de ALER comparte su experiencia en promover narrativas y modelos alternativos, desde la educación y la comunicación como derechos y ventanas para el buen vivir:
Bolivia: movimientos de diferentes sectores se unen en la lucha por el derecho a la educación
En Bolivia, desde inicios del siglo XXI, feministas, jóvenes, pueblos indígenas y originarios, colectivos que luchan por el respeto a la diversidad sexual y de género, activistas del campo del arte y de la cultura comparten la misma lucha para defender el derecho humano a la educación, y han consolidado procesos de incidencia política para su reconocimiento y participación en las políticas educativas.
Tras este contexto, la CBDE se ha articulado con distintos sectores y movimientos sociales para demandar la garantía de una educación reflexiva, inclusiva, para la libertad y la diversidad, descolonizadora y despatriarcalizadora en la agenda educativa nacional. Este objetivo se concretó, en parte, con la incorporación de estas pautas de la sociedad civil en la Ley Avelino Siñani – Elizardo Pérez, aprobada en el 2010.
Luego de ese logro, le tocó a la sociedad civil organizarse para exigir el cumplimiento de los compromisos políticos y legislativos alcanzados. En ese sentido, a partir del 2009, fueron creadas plataformas como la CBDE, con miras a constituir un brazo técnico y reflexivo que pudiera trabajar por la realización de las propuestas y demandas sociales incluidas en la legislación nacional, a través del desarrollo de nuevas políticas hacia una educación liberadora y respetuosa de las diversidades.
En esta trayectoria, la Campaña Boliviana ha trabajado en articulación con las diferentes agendas de la sociedad civil, planteando propuestas educativas en diálogo con distintos sectores, proyectos y programas que defienden una mirada integral e intersectorial de la realización de derechos. Ello se observa, por ejemplo, en la alianza de la CBDE con movimientos y organizaciones de mujeres y que defienden la equidad y no discriminación de género, para presionar por la implementación de la Agenda de Desarrollo 2030 en el país.
En el video abajo, David Aruquipa, director ejecutivo de la CBDE, comparte la experiencia de la Campaña Boliviana en los procesos de incidencia política:
Sobre la Publicación
Resultado de un esfuerzo permanente de la CLADE en registrar y darle visibilidad al recorrido de sus miembros, la publicación presenta casos de incidencia, comunicación, investigación, articulación interinstitucional y movilización en 10 países de América Latina y el Caribe, así como 3 experiencias de ámbito regional, impulsadas por la CLADE y 2 redes regionales que son miembros de la Campaña: Espacio sin Fronteras y ALER.
>> Para leer más sobre estas experiencias y otras iniciativas, descarga la publicación completa
“La CBDE nació como una coalición de la sociedad civil que dialoga y se articula con activistas de otros campos de los derechos humanos, como el movimiento de mujeres y las organizaciones que trabajan la cultura y la cuestión de género en la educación. En ese proceso, observamos que las relaciones con distintos sectores dan más fuerza al movimiento y fortalecen la incidencia. Es necesario identificar sectores sociales con los cuales se puede trabajar en conjunto y establecer alianzas, apoyando sus causas y también incentivándolos a asumir nuestras luchas”, cuenta David Aruquipa, director ejecutivo de la CBDE.
Como aprendizaje de esta trayectoria, la CBDE señala la importancia de realizar un análisis exhaustivo de los contextos en que se trabaja, identificando los posibles interlocutores, instituciones, instancias, voceras/os, autoridades, sujetos, organizaciones y marcos políticos y legislativos que determinan la realización de la agenda educativa en cada coyuntura.
“Nuestra experiencia demuestra que, a cada tiempo, es necesario asumir de manera colectiva un eje de lucha prioritario, que genere impacto también sobre otros campos de la política educativa. En base a esta concepción, asumimos desde el 2015 como tema prioritario y transversal la lucha contra la discriminación y la violencia en la educación. Hemos definido desde el debate democrático con los miembros de la Campaña las emergencias, teniendo como norte la realización de los derechos humanos, y sin perder de vista que las demás temáticas deben seguirse empujando desde otros espacios y actividades específicas de cada miembro”, afirmó Aruquipa.
Como principal desafío en su lucha actual, la CBDE destaca el contexto de polarización política y la afirmación de posturas intransigentes en el debate sobre las políticas públicas. Para enfrentar este reto, la CBDE seguirá reafirmando que el derecho a la educación debe ser priorizado como elemento clave para el desarrollo del país y la realización de todos los demás derechos humanos.