Argentina: seis mitos acerca de las escuelas privadas
12 de mayo de 2015
El periodista Gonzalo Ponce, jefe de Noticias en el diário UNO on line, comenta seis suposiciones que no necesariamente son verdaderas sobre las diferencias entre escuelas públicas y privadas
Fuente: Gonzalo Ponce | UNO
Al momento de elegir una escuela existe una tendencia a, por lo menos, interesarse por la educación privada. No está mal informarse ni decidirse por una o descartarla, pero en muchos casos ambas cosas se hacen sobre supuestos incorrectos que están muy arraigados.
1. Son mejores que las escuelas públicas
Nada más difuso. Hay colegios públicos tan buenos como el mejor de los privados (los de la UNCuyo, por ejemplo) y hay colegios privados tan malos como el peor de los públicos. Incluso hay colegios públicos o privados que son muy buenos en el Nivel Primario y muy malos en el Secundario y viceversa.
2. Cobran la cuota que quieren
Sólo un pequeño porcentaje de escuelas que no dependen de la Dirección General de Escuelas (DGE) –y se cuentan con los dedos de una mano– tienen la cuota liberada. El resto de las escuelas públicas de gestión privada reciben un aporte que les limita el precio de la cuota teniendo en cuenta además un límite en la cantidad de alumnos. Este valor lo autoriza el Estado una vez al año. Generalmente los colegios prorratean el incremento a lo largo del ciclo, aunque tienen el derecho de hacerlo de una sola vez.
3. Aporte estatal del 100%
No hay escuela pública de gestión privada que reciba el 100% de aporte estatal. Si bien la ayuda gubernamental es importante y hasta se obliga a imprimir el famoso 100% en los comprobantes que pagan los padres, no cubre la totalidad de docentes (a veces son divisiones enteras las que no se cubren), suplencias, licencias largas por enfermedad, juicios, mantenimiento edilicio, computadoras, celadores, espacios extracurriculares y una larga lista de etcéteras.
De hecho, la DGE realizó este mes el aporte en tiempo y forma al sector privado, pero se retrasó en los meses de diciembre, enero, febrero y marzo. Esto provocó que, en mayo, muchos colegios privados aún no paguen el aumento salarial de marzo a sus docentes acordado en paritarias, a pesar de utilizar la plata de las cuotas.
4. Alumnos con “menos problemas”
Error. Las escuelas privadas tienen problemas muy similares a los de las escuelas públicas. Hay alumnos con complicaciones sociales, económicos, de conducta, educativos, psicológicos, bullying, etcétera, como en cualquier escuela.
5. Escuelas pagas, éxito seguro
Las escuelas privadas están bajo las mismas leyes y resoluciones que las escuelas públicas. Es un gran mito que algunas escuelas privadas “venden el título en cuotas”. Otro error común es confiar el éxito de un alumno en niveles superiores de estudio en el prestigio o el valor de la cuota del colegio. No hay soluciones mágicas, incluso existen muchos casos de alumnos a los que les va muy mal en la escuela privada y mejoran notablemente al cambiarse a una pública.
6. Tienen mejores docentes
Si bien los establecimientos privados pueden elegir a su personal por curriculum, lo cual es una ventaja, a veces esto juega en contra.
No es raro que algunas instituciones utilicen esta facultad para contratar personal sin título o sin la competencia necesaria para desarrollar determinado espacio. En las escuelas públicas al menos hay un concurso entre quienes se presentan a los llamados. Y es común que los mismos docentes que trabajan en una escuela privada también lo hagan en una pública.