En el marco del Día Internacional de la Educación, la Campaña Mundial por la Educación hace un llamado a aprender para una paz duradera, que se reconozca y proteja la dignidad e igualdad de todas personas, especialmente resistiendo ante la escala planetaria de conflictos sociales, políticos y militares. “La paz duradera será posible con justicia social”, se afirma en la declaración.
La declaración completa a continuación:
La Campaña Mundial por la Educación se une a las celebraciones del Día Internacional de la Educación 2024, reconociendo el fracaso histórico de los Estados y de la comunidad internacional a la hora de garantizar todas las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, en particular la meta 7: «Para 2030, velar por que todos los educandos adquieran los conocimientos y aptitudes necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y modos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible».
La escalada de conflictos sociales, políticos y militares en todas las regiones del mundo es significativa y parece que la búsqueda de la paz no es el tema principal de la agenda de resolución de conflictos. En consecuencia, se siguen perdiendo vidas de niños y mujeres, pero no sólo, de forma dramática e impune, sin lograr avances significativos, o peor aún, retrocesos, en la búsqueda de una paz duradera.
Detrás de muchos de estos conflictos persisten desacuerdos geopolíticos, pero en la mayoría de los casos, la guerra también se inflama por el racismo, la intolerancia y muchas otras formas violentas y sutiles de discriminación. Estamos convencidos de que no se alcanzará una paz duradera sin justicia. Los sistemas de justicia deben trabajar por la paz. Igualmente importante es que los sistemas educativos promuevan una ciudadanía mundial que reconozca y proteja la dignidad y la igualdad intrínseca de los seres humanos y el derecho inalienable de las personas a la autodeterminación.
Los esfuerzos por la paz mundial deben abarcar también la necesidad de moderar la voracidad comercial, que se ceba en los ecosistemas, y poner límites urgentes a la fabricación y el comercio de armas, evidenciando así el doble rasero de los gobiernos que se enriquecen con la venta de armas mientras comparten discursos retóricos sobre la paz.
La Campaña Mundial por la Educación considera que la sensibilización de la opinión pública y el apoyo político son cruciales para la introducción de la educación para la paz y el aprendizaje de los derechos humanos en todos los niveles y modalidades educativos, incluida la educación no formal, la formación de adultos y la formación permanente, la formación del profesorado y el desarrollo de capacidades.
La contribución de la sociedad civil a la agenda de la educación transformadora debe seguir contando con el mejor auspicio de los gobiernos, teniendo en cuenta que los acuerdos adquiridos en la Cumbre de la Educación Transformadora se corresponden con las obligaciones vinculantes establecidas por el derecho internacional de los derechos humanos.
La CME lamenta profundamente que la educación quede fuera del programa de la próxima Cumbre del Futuro, ya que estamos convencidos de que ninguno de sus objetivos podrá alcanzarse si no se abordan con decisión la educación y el aprendizaje permanente.
Los paradigmas no cambian por arte de magia, y mucho menos puede hacerlo el curso de explotación, guerra y desigualdad que muchos países siguen experimentando y el mundo presenciando. Si la comunidad internacional no redobla sus esfuerzos para hacer de la educación un instrumento de aprendizaje de los derechos humanos, del respeto a la diversidad y de la paz como forma de vida.
El alcance y los planteamientos propuestos para la Cumbre del Futuro deben incluir las transformaciones educativas, incluido el papel docente en la construcción de una paz duradera. Sólo así se garantiza la construcción de un cambio duradero, porque la paz no se consigue exhortando, sino con el ejemplo.
La CME anima a todos los gobiernos y a la comunidad internacional a emprender acciones decisivas para la plena implementación del ODS 4.7 e incluye a la sociedad civil y a las organizaciones de docentes y estudiantes para dar forma a la agenda urgente que el mundo necesita.
Lee la declaración en español e inglés.
Traducción al español gracias a la Agencia Pressenza