Crédito: Informe ACNUR. Manteniendo el Rumbo 2021

ACNUR insta a que los Estados asignen el 10 % del Producto Interno Bruto a la Educación

29 de agosto de 2022

Por: María Cianci Bastidas / Revisión: Thais Iervolino

Informe sobre Educación de ACNUR hace un llamado a aumentar el compromiso de los Estados con el derecho humano a la educación sin discriminación.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados es el organismo de las Naciones Unidas (ACNUR) presentó un informe titulado Manteniendo el rumbo. Los desafíos que enfrenta la educación de las personas refugiadas, centrándose en las razones de interrupción de la trayectoria educativa de niños, niñas y adolescentes en situación de refugio y/o desplazamiento a nivel mundial.

El informe compila datos de 40 países a nivel mundial sobre la educación a nivel secundario, haciendo especial énfasis en dos países de la región, México y la población venezolana en movilidad humana.

Según el informe se estiman cerca de 12,65 millones de personas refugiadas para el período académico de 2019 y 2020. Se afirma que desde que inició la pandemia en 2019, más de 1.500 millones de estudiantes han experimentado el cierre de su escuela o universidad.

Llamado para “Vuelta a clases” y no discriminación

Ante la tendencia de los y las adolescentes en situación de refugio de interrumpir la trayectoria escolar por situaciones y contextos familiares que enfrentan crisis económicas agravadas con la pandemia, se ha derivado el aumento del trabajo infantil e incluso el riesgo de explotación de las infancias y juventudes. ACNUR hace un llamado para que se tome la iniciativa de una campaña mundial de “Vuelta a clase” en beneficio de todas las niñas, niños y jóvenes, con prioridad a quienes se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad.

Los planes de educación deben considerar las diversas necesidades, habilidades y capacidades para que constituyan formas de discriminación se comenta en el documento oficial. También indica que “en el caso de las personas refugiadas en particular, los Estados deben garantizar que sean parte de la planificación y los sistemas educativos nacionales, incluidos los programas de recuperación.” Y exhorta a los Estados a “replantear sus compromisos y cumplirlos para destinar el 0,7% del ingreso neto nacional a ayudar y asignar al menos el 10% a la educación”.

Desigualdad y brecha tecnológica

Los recursos destinados a la inclusión digital han sido insuficientes, ya que miles de estudiantes en condición de refugio viven en condiciones precarias de hacinamiento, escaso acceso de servicios públicos como luz, agua potable, sin conectividad o no tienen acceso a dispositivos digitales (y cuando es el caso con frecuencia es compartido con otras personas). El informe muestra preocupación por el ambiente de enseñanza – aprendizaje, cuando subraya que “La desigualdad también está presente en el mundo virtual. El aprendizaje digital es más viable cuando una persona tiene conexión a internet, un dispositivo adecuado, recursos económicos para afrontar los costos involucrados, y un espacio tranquilo para escuchar y aprender.”

México y Venezuela: necesidad de seguimiento educativo

En México la inscripción de estudiantes entre marzo de 2019 y marzo de 2020 se mantuvo en 105% para el nivel de escuela primaria y secundaria en cuanto a la población en general, sin embargo bajó un 80% en el caso de primaria y a 35 % cuando se refiere a personas en condición de refugio.

Por otro lado, para ACNUR, a fines de 2020 se contabilizaron 5,4 millones de personas venezolanas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo, de las cuales el 80% vivía en la región de América Latina y el Caribe (principalmente en Colombia, Chile, Ecuador, Brasil y Perú). Se estima que más de una tercera parte ha llegado a Colombia, lo que lo le convierte en el país de mayor acogida. Según datos de 2019 expuestos en el informe, aproximadamente 206.000 estudiantes de Venezuela se inscribieron en escuelas de Colombia, con tasas de inscripción del 42% para primaria y el 34% para secundaria.

El Informe concluye que “La pandemia de COVID-19 y los consiguientes cierres de escuelas serán testigos de muchos/as jóvenes marginados/as que sufrirán cada vez más desigualdad. Además, se espera que todo esto provoque una pérdida de aprendizaje significativo. Esto es especialmente cierto en el caso de las adolescentes, que corren mayor riesgo de abandonar sus estudios.”