Luego de más de 11 años desde la realización de la CONFINTEA VI, celebrada en Belém, Brasil (2009), constatamos que los compromisos acordados en el Marco de Acción de Belém han quedado pendientes de cumplimiento, solo se pueden contar algunos avances puntuales y parciales, en la mayoría de los casos se quedan en la retórica, sin trascender a políticas públicas, estrategias y acciones integrales y multisectoriales. También observamos que la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA), siendo un derecho humano fundamental, no ha sido integrada en su real sentido, valor y significado en la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4) y aun menos en el conjunto de la Agenda 2030.