“El derecho a vivir, el derecho a vivir en paz, el derecho a la educación para todas y todos es una cuestión de nuestra vida, es una cuestión de nuestro honor y dignidad. Debemos defenderlos. Debemos permanecer unidos para defenderlos”, afirma la Reagrupación Educación para Todos y Todas de Haití (REPT) como coalición de organizaciones y movimientos sociales que trabajan en pro del derecho a la educación pública, gratuita y de calidad en Haití y miembro de CLADE a través de un pronunciamiento público divulgado recientemente y que condena la muerte de un estudiante haitiano, y del contexto de la difícil coyuntura violenta que atraviesa el país, con las amenazas para los derechos humanos y especialmente para el derecho humanos a la educación.
Según la Reagrupación, “la situación de inseguridad en el país se ha deteriorado en los últimos tiempos, provocando que niñas, niños y jóvenes no puedan ir a la escuela y centros educativos, ya que muchas escuelas y universidades han tenido que cerrar sus puertas”.
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Posicionamiento del REPT sobre los actos de violencia que tienen lugar en Haití y sus consecuencias en el sector de la educación
El derecho a la vida, el derecho a vivir en paz, el derecho a la educación para todas y todos son derechos fundamentales consagrados en las leyes haitianas y en los instrumentos internacionales. Nadie tiene derecho a arrebatar estos derechos. Nadie tiene derecho a ser cómplice de la supresión de estos derechos.
El Reagrupación Educación para Todos y Todas de Haití (REPT) constata con indignación y angustia cómo los actos de violencia afectan a la población en general y al sector de la educación en particular, y condena todos los actos de secuestro, asesinato y violencia que tienen lugar en varias regiones del país. Asimismo, aprovecha la ocasión, una vez más, para expresar su solidaridad con las víctimas, sus familias, sus amigos y todo el pueblo haitiano que sufre.
La situación de inseguridad en el país se ha deteriorado en los últimos tiempos, provocando que niñas, niños y jóvenes no puedan ir a la escuela y centros educativos, ya que muchas escuelas y universidades han tenido que cerrar sus puertas. La pérdida de varios días de clase empeoró la situación del estudiantado, cuyo derecho a la educación está siendo vulnerado.
Según UNICEF, la violencia de las bandas hace que medio millón de niños pierdan días de clases. Asimismo, el Ministerio de Educación Nacional y Formación Profesional afirma que 1.700 escuelas han sido cerradas en el área metropolitana.
Los grupos armados siembran la muerte y el desorden, bajo la mirada de las autoridades del Estado y de sus aliados del sector política que lucha por el poder y del sector privado, que aprovecha la situación para enriquecerse.
Los actos de secuestro que están teniendo lugar en las escuelas y sobre las personas que se dedican a la educación formal son parte de una campaña para reforzar el miedo entre la población, de manera que pueda justificarse una intervención militar en el país. Esto demuestra que la educación no es una prioridad para las autoridades, que no han hecho nada serio para detener estos actos deshonestos.
En tal sentido, el REPT condena la muerte por asesinato de Tchadensky Jean Baptiste, estudiante de la Escuela Normal Superior (ENS). El REPT está de acuerdo con la declaración de la dirección de la escuela, que afirma: “Todo esto es una continuación del clima de terror instalado, tolerado, incluso banalizado, una forma de mantenernos de rodillas. No podemos tolerarlo y no podemos vivir con esta situación. Es una cuestión de honor y dignidad”.
El REPT insta al Estado a que tome las medidas necesarias para restablecer un clima de seguridad en el país, que permita a la población vivir en paz. También que asuma su responsabilidad para que se respeten y protejan los derechos de niñas, niños, jóvenes y de la población en general a beneficiarse de una educación de calidad.
El derecho a vivir, el derecho a vivir en paz, el derecho a la educación para todas y todos es una cuestión de nuestra vida, es una cuestión de nuestro honor y dignidad. Debemos defenderlos. Debemos permanecer unidos para defenderlos.
Puerto Príncipe, 24 de marzo de 2023