Imagen: Juan Pablo Serrano Arenas

2 de diciembre de 2022

Los irrenunciables para la Atención y Educación de las Primeras Infancias (AEPI)


Partimos con la afirmación: “Todos los derechos de las primeras infancias son inalienables e irrenunciables”, sin embargo, existe una brecha significativa entre los compromisos establecidos por los Estados en su rol de garantes del cumplimiento de los derechos de las primeras infancias y las realidades de éstas.

Las primeras infancias en los contextos mundiales y de particular mención en la región latinoamericana y caribeña, han estado impactadas por las decisiones y acciones políticas, pedagógicas y sociales; impactos favorables cuando han constituido logros en el avance de las políticas públicas y desfavorables cuando hay omisión e inconsistencias en dichas políticas, no solo en su diseño sino en su efectivización. Siendo esto último una tendencia prevaleciente en la región.

Por ello, estamos ante una emergencia por la magnitud de niños y niñas en desprotección política y social. Más allá de los informes valorativos del estado de las primeras infancias, es evidente la embestida de desigualdades e injusticias, a las cuales ha estado sujeta esta población infantil. Si la niñez, en general, ha sido relegada, aún más lo es la primera infancia.          

Estas niñeces que se asumen como sujetos históricos y sociales están siendo sometidas a abusos, maltratos, explotación infantil, abandonos, discriminaciones, situaciones de vulnerabilidad diversas, procesos migratorios, conflictos bélicos, y marginaciones por condiciones de discapacidad, género, religiosas, raciales, étnicas entre otras.

De este modo, se paga un precio muy alto al ser niño y niña de primera infancia en una región caracterizada por las asimetrías sociales.

Hay un abanico de razones que urge enunciar y denunciar como lo constituyen, entre otras, las insuficiencias en la inversión social y de financiamientos dirigidos a esta etapa; las ambivalencias en las políticas socioeducativas y su cumplimiento, las concepciones y acciones que fragmentan el cuidado y la educación; el insuficiente apoyo a los profesionales de la docencia y otras profesiones vinculadas a la Atención y Educación de las Primeras Infancias (AEPI); la endeble formación continua; la intermitencia en los procesos de monitoreo y acompañamiento de los planes, programas y proyectos de primeras infancias; la débil convocatoria a la participación familiar y comunitaria; el uso inadecuado de las tecnologías digitales/virtuales y demás aspectos que obstaculizan la garantía de la protección integral de nuestra niñez.

En atención a lo enunciado, no hay una única respuesta, ni recetarios, ni manuales, no obstante apremia partir del sentido común crítico para resguardar, proteger y cuidar a las primeras infancias.

Vivimos nuevos y dinámicos tiempos, contextos, relacionamientos, experiencias, incertidumbres, inseguridades, crisis que desorientan y desconciertan y que inciden en la aparición de nuevas consideraciones en torno a las infancias, las familias, la educación, la interseccionalidad, entre otros.

Ante esta situación y reivindicando la multiplicidad de experiencias y respuestas posibles proponemos los siguientes irrenunciables, asumidos como sentidos primordiales y no negociables éticamente en la defensa de las primeras infancias.

Irrenunciables en las políticas públicas para la atención y educación de las primeras infancias (AEPI)
  • Priorizar en la agenda pública a las primeras infancias.
  • La guía imprescindible para la planeación y seguimiento de las políticas públicas la constituye la Convención de los Derechos de los Niños y Niñas y sus 17 Observaciones Generales.
  • Resulta valioso incorporar las hojas de ruta pertinentes, como por ejemplo, las establecidas por los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), específicamente el ODS4.
  • Identificar la correspondencia de las políticas públicas con los derechos y criterios de protección del niño y niña de las primeras infancias.
  • Repensar la concepción del niño y la niña de las primeras infancias para resignificar según los contextos socioculturales y en concordancia con las políticas públicas.
  • Asumir a los niños y niñas como sujetos históricos y sociales protagonistas de su futuro en el presente.
  • Reconocer la ciudadanía de las niñas y niños desde su nacimiento.
  • Identificar y revisar críticamente los marcos normativos de políticas públicas dirigidas a las primeras infancias, tanto nacionales, regionales como locales.
  • Definir, revisar y direccionar los planes, proyectos y programas de primeras infancias, para la garantía de su cuidado y formación integral y pertinente.
  • Garantizar la igualdad y equidad de derechos humanos para la integridad dignificadora y realizadora de todas las infancias sin distinciones discriminatorias de clase social, cultura, ideología, género, raza, etnia, religión, territorio, procedencia migratoria, entre otras como: derecho a la alimentación integral, a la salud plena, a la educación reconocedora de su condición sociocultural diversa, al juego y la recreación, a su protección contra la violencia, maltrato o abuso de todo tipo, la explotación económica y la trata o tráfico de ellas.
  • Considerar el enfoque de género en las políticas públicas de primeras infancias para avanzar en la superación de las discriminaciones que vulneran los derechos de niñas y niños.
  • Exigir el respeto y valoración de la diversidad e inclusión en las políticas de primeras infancias, lo que implica “re-sentidizar” la diversidad con base a la dignificación de cada niño y niña.
  • Valorar la efectivización de los derechos humanos de las primeras infancias.
  • Asegurar la intersectorialidad o políticas intersectoriales vinculadas con las primeras infancias.
  • Garantizar la participación de la niñez, profesionales docentes, familias y comunidad en el diseño y seguimiento de las políticas públicas dirigidas a la atención y educación de las primeras infancias.
  • Monitorear y acompañar las políticas públicas de primeras infancias.
  • Promover de forma consistente y continua el engranaje y articulación entre estado y sociedad civil organizada en pro de las AEPI.
  • Fortalecer los órganos operativos y administrativos para la defensa y protección integral de los niños y niñas desde el comienzo de la vida.
  • Crear y/o recrear políticas de protección integral para las primeras infancias, en el marco de la justicia y equidad.
  • Evaluar de forma permanente las políticas públicas de primeras infancias en aras de redireccionarlas en función de sus logros e impactos.
  • Evaluar la labor del Estado, los organismos rectores e instituciones garantes de la implementación como forma de contraloría social imprescindible para avanzar en la efectivización de las políticas de las AEPI.

La financiación también es una política pública, en aras de visibilizar su importancia en las AEPI, compartimos sus propias irrenunciables.

Irrenunciables en las políticas de financiación para las AEPI
  • Es imprescindible promover la ampliación y sustentabilidad de la voluntad política, con base en acuerdos con entes públicos y privados, para el aumento pertinente de la financiación de las AEPI en correspondencia con sus derechos humanos.
  • Dilucidar la inversión social y financiación propia de las Primeras Infancias, esto pasa por precisar y defender la visibilización de esta población infantil para impedir que se diluya en la generalidad de la niñez y en otros grupos etáreos.
  • Exigir el aumento y cumplimiento de los porcentajes dedicados a la atención y educación de las primeras infancias, en las diferentes escalas nacional, regional y local y en las distintas instituciones. La 74ª Asamblea Mundial y Conferencia Internacional de la Organización Mundial para la Educación Preescolar – Derechos de los Niños, de julio de 2022 colocó un 10% del total de los presupuestos para las primeras infancias.
  • Crear fuentes alternativas a los estadales para el aumento significativo de la financiación de los presupuestos requeridos o necesarios para la garantía de los derechos en las AEPI.
  • Ejercer la contraloría social y el seguimiento de los presupuestos, financiamiento, inversión social, que estén destinados al ejercicio del derecho a la educación de niños y niñas de primeras infancias.
  • Revisar y evaluar junto con las dependencias a cargo la asignación presupuestaria periódica para ajustarlas en razón a las necesidades y derechos de las primeras infancias.
  • Establecer criterios y normativas para la asignación y contraloría de los presupuestos, garantizando que la inversión se oriente priorizando la atención y las necesidades más urgentes de los niños y niñas desde el inicio de la vida.
  • Exigir la realización de rendimientos públicos de las inversiones ejecutadas en las políticas para las primeras infancias, ya que constituye una de las vías para ejercer la fiscalización, orientación y optimización de la financiación de las políticas públicas para las primeras infancias.
Irrenunciables en el cuidado y la educación para las primeras infancias
  • Asumir la educación de las primeras infancias desde las pedagogías críticas que favorezcan su recreación, contextualización y pertinencia.
  • Proponer los cambios, reformas y transformaciones educativas en las primeras infancias atendiendo a la pluralidad de la niñez, familias y contextos y diversidad sociocultural.
  • Incidir en la pertinencia de las pedagogías de las primeras infancias, y por ende en todas sus posibilidades de transformaciones. Esto pasa por revisar y reconstruir los paradigmas de actuación pedagógica del docente.
  • Propiciar el desarrollo de la profesionalidad docente, concebida como actuación éticamente comprometida.
  • Sistematizar y comunicar las buenas prácticas en la educación y el cuidado ecoprotector de las primeras infancias.
  • Reconocer en el cuidado y educación la dignidad de la niñez con base en la promoción de las expresiones autónomas de la cultura que portan.
  • Reivindicar la diversidad en las AEPI con base en la equidad e inclusión dignificadora a través de la convergencia de proyectos y experiencias variadas.
  • Favorecer los procesos de construcción de las identidades y singularidades de las primeras infancias.
  • Lograr la pertinencia cultural e Intercultural en los currículos que orientan las AEPI.
  • Dinamizar las libres expresiones de los movimientos corporales propiciando de forma continua experiencias de juego, música, literatura, lenguaje, danza y otras.
  • Garantizar la integración del cuidado en la educación. Esto incluye el cuidado de sí, el cuidado de las otras y de los otros, así como el cuidado de la naturaleza.
  • Alojar las voces, los sentires, los pensares y los haceres de las primeras infancias en la cotidianidad de la atención y educación de las primeras infancias.
  • Promover la participación libre de sus expectativas e intereses a través de la manifestación de sus deseos.
  • Asegurar la corresponsabilidad familiar y comunitaria promoviendo la participación en los procesos de cuidado y educación.
  • Favorecer encuentros éticos que dignifican a la niñez aceptando su alteridad u otredad como iguales-diferentes.
  • Propiciar interacciones mediadas por la lúdica convivencial para construir entre sí sus propias normas de intersubjetividad.
  • Valorar más la conectividad empática interpersonal subordinando la valoración de la conectividad tecnológica per se.
  • Priorizar experiencias densas de relación social para sentir, pensar, y actuar juntas y juntos, para captar y aprender la resonancia afectual entre los cuerpos.
  • Promover procesos de formación docente inicial y continua que además de integradores, contextualizados, pertinentes, críticos y propositivos, incidan en la necesidad de establecer la sintonía empática con las primeras infancias.
  • Asumir el cuidado y educación como un círculo ético y social donde las experiencias de formación y cuidado de los sujetos impliquen salir de sí a un encuentro con la otra, el otro y otredades, y regresar siendo otro/a.
  • Sistematizar las pedagogías potenciadoras y realizadoras del ser integral de las primeras infancias.

Y para cerrar, es clave asumir la flexibilidad para incorporar, recontextualizar y reflexionar estos irrenunciables en aras de potenciar la promoción y garantía de los derechos humanos de las primeras infancias.

La atención y educación de las primeras infancias tiene que re-crearse en función de una nueva trascendencia y la exigibilidad de los derechos que implica es una hoja de ruta decisiva.


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