En la segunda parte del <a href=diálogo virtual sobre la integración de la perspectiva de género en los procesos de incidencia política, realizado el 9 de mayo del 2018 por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), Maria Graciela Cuervo, co-coordinadora general de Mujeres por un Desarrollo Alternativo para una nueva Era (DAWN por su sigla en inglés) compartió su experiencia de incidencia política en las negociaciones de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible entre los años de 2012 y 2015. En ese entonces desde el Consejo Internacional de Educación de Personas Adultas (ICAE, por sus siglas en inglés). Según María Graciela, la red trabajó durante tres años (2012-2015) para incluir en el ODS 4 la siguiente perspectiva: Garantizar el acceso universal y equitativo a la educación formal y no-formal, incluyendo a la educación en sexualidad integral, igualdad de género, derechos humanos y sostenibilidad medio ambiental. Al final del proceso, temas de género y educación se pudieron incorporar a lo largo de toda la Agenda 2030, y a modo de ejemplo María Graciela mencionó como las metas: 3.7 (salud); 4.7, 4.1, 4.3 y 4.5 (educación). Desde su perspectiva, el éxito de la incidencia está relacionado con el uso de las siguientes estrategias:
  • Tener un objetivo claro e integral sobre igualdad de género, que era integrar metas a lo largo de toda la agenda para visibilizar la importancia de alcanzar igualdad de género en distintos ámbitos (salud, educación, igualdad de género, medio ambiente etc).
  • Priorizar las demandas y lograr construir consensos, pese a las diversidades del movimiento, lo que garantiza democracia, representatividad y una adecuada experticia. La inclusión de personas de otras áreas y movimientos contribuye a la construcción de argumentos fuertes y progresistas (interdependencia de los derechos humanos) y a un movimiento de sociedad civil más sólido (que es otro resultado de la incidencia).
Ella explicó que, construir posiciones y visiones comunes a partir de diferentes movimientos exige esfuerzos para conocer y escuchar las posiciones de los otros grupos, para democratizar las estrategias y, luego, seleccionar la que se desea apoyar o integrar a su propia estrategia. Es una estrategia de “ganar-ganar”, que busca el punto en común y lleva en cuenta la reciprocidad al asumir las causas ajenas. No se trata de imponer la agenda completa al otro ni de asumirla. Por otro lado, un riesgo de esta estrategia de apertura a nuevos grupos y a la diversidad es aliarse a grupos que no defienden los derechos humanos en su integralidad, o que están financiados por intereses opuestos, en contra a la educación pública y de calidad. De esa manera, es importante estar atento a que la discusión se mantenga en el espacio público, porque el poder de influencia de la sociedad civil es en relación al Estado y no al sector privado. Asimismo, es fundamental tomar en cuenta la relación desigual de poder en base a recursos. Para más informaciones y detalles sobre los aprendizajes de incidencia desde Grupo Mayor de Mujeres en la Agenda 2030, puede acceder al informe Power Lessons – Women’s Advocacy on the 2030 Agenda y al artículo Feminist mobilizing and intense advocacy from Rio +20 to the SDGs, elaborados respectivamente por International Women’s Health Coalition y por DAWN - disponibles apenas en inglés.">

La experiencia de incidencia en la Agenda 2030 desde el Grupo Mayor de Mujeres

6 de junio de 2018

En la segunda parte del diálogo virtual sobre la integración de la perspectiva de género en los procesos de incidencia política, realizado el 9 de mayo del 2018 por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), Maria Graciela Cuervo, co-coordinadora general de Mujeres por un Desarrollo Alternativo para una nueva Era (DAWN por su sigla en inglés) compartió su experiencia de incidencia política en las negociaciones de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible entre los años de 2012 y 2015. En ese entonces desde el Consejo Internacional de Educación de Personas Adultas (ICAE, por sus siglas en inglés).

Según María Graciela, la red trabajó durante tres años (2012-2015) para incluir en el ODS 4 la siguiente perspectiva: Garantizar el acceso universal y equitativo a la educación formal y no-formal, incluyendo a la educación en sexualidad integral, igualdad de género, derechos humanos y sostenibilidad medio ambiental.

Al final del proceso, temas de género y educación se pudieron incorporar a lo largo de toda la Agenda 2030, y a modo de ejemplo María Graciela mencionó como las metas: 3.7 (salud); 4.7, 4.1, 4.3 y 4.5 (educación). Desde su perspectiva, el éxito de la incidencia está relacionado con el uso de las siguientes estrategias:

  • Tener un objetivo claro e integral sobre igualdad de género, que era integrar metas a lo largo de toda la agenda para visibilizar la importancia de alcanzar igualdad de género en distintos ámbitos (salud, educación, igualdad de género, medio ambiente etc).
  • Priorizar las demandas y lograr construir consensos, pese a las diversidades del movimiento, lo que garantiza democracia, representatividad y una adecuada experticia. La inclusión de personas de otras áreas y movimientos contribuye a la construcción de argumentos fuertes y progresistas (interdependencia de los derechos humanos) y a un movimiento de sociedad civil más sólido (que es otro resultado de la incidencia).

Ella explicó que, construir posiciones y visiones comunes a partir de diferentes movimientos exige esfuerzos para conocer y escuchar las posiciones de los otros grupos, para democratizar las estrategias y, luego, seleccionar la que se desea apoyar o integrar a su propia estrategia. Es una estrategia de “ganar-ganar”, que busca el punto en común y lleva en cuenta la reciprocidad al asumir las causas ajenas. No se trata de imponer la agenda completa al otro ni de asumirla.

Por otro lado, un riesgo de esta estrategia de apertura a nuevos grupos y a la diversidad es aliarse a grupos que no defienden los derechos humanos en su integralidad, o que están financiados por intereses opuestos, en contra a la educación pública y de calidad. De esa manera, es importante estar atento a que la discusión se mantenga en el espacio público, porque el poder de influencia de la sociedad civil es en relación al Estado y no al sector privado. Asimismo, es fundamental tomar en cuenta la relación desigual de poder en base a recursos.

Para más informaciones y detalles sobre los aprendizajes de incidencia desde Grupo Mayor de Mujeres en la Agenda 2030, puede acceder al informe Power Lessons – Women’s Advocacy on the 2030 Agenda y al artículo Feminist mobilizing and intense advocacy from Rio +20 to the SDGs, elaborados respectivamente por International Women’s Health Coalition y por DAWN – disponibles apenas en inglés.